Hacia un nuevo modelo de comercio agrícola y ganadero
Más de una década después de su nacimiento, el crowdfarming convence cada día a más productores y consumidores, que optan por un comercio ecológico, cercano y sin intermediarios
Hacia un nuevo modelo de comercio agrícola y ganadero
Madrid
Con el término 'crowdfarming' ocurre lo mismo que con otras palabras provenientes de otros idiomas, y que tienen una difícil traducción en español, por eso se utiliza habitualmente el anglicismo, porque más que una palabra, el crowdfarming representa una idea o, incluso, una manera de entender las relaciones comerciales entre los productores y los consumidores.
Crowdfarming podría traducirse como 'agricultura colectiva', aunque ni siquiera ese concepto abarca todo todo lo que engloba el término. Básicamente, lo que hace el crowdfarming es eliminar los intermediarios en la cadena de suministros. El consumidor tiene la posibilidad de 'adoptar' un olivo, un árbol frutal, una oveja, una colmena o un trozo de huerto y, durante el año, cuando los agricultores recolecten las cosechas o la miel, hagan los quesos o muelan las aceitunas para producir el aceite, envían a los adoptantes los productos que le corresponden por esa adopción.
Producción sostenible
Es un proceso que aboga por una agricultura y una ganadería más humana y sostenible, como ha reconocido en Hoy por Hoy Madrid Antonio García, responsable de desarrollo de negocio de Crowdfarming. Es un sistema que equilibra la oferta y la demanda y evita el desperdicio de alimentos. Los agricultores, apicultores o ganaderos pueden organizar mejor su producción, proque ya saben con cuántos clientes cuentan de antemano a la hora de dar salida a su producción, es decir: saben qué demanda tienen sus frutas, verduras, quesos o miel.
El crowdfarming también tiene su impacto positivo en la huella de carbono que deja en el comercio el transporte de las mercancías, y permite a los productores centrarse en lograr una producción aún más sostenible. A todo esto habría que añadir un detalle importante: los consumidores que adoptan un árbol o un animal, pueden visitar las granjas, conocer directamente a los agricultores o ganaderos (y también a sus árboles o animales adoptados) y saber de primera mano cómo funciona esa granja y cuál es su sistema de producción.
Un modelo en auge
El crowdfarming nació en Valencia hace más de una década. Allí, los hermanos Úrculo, agricultores dedicados a la producción de naranjas, quisieron poner remedio a la falta de transparencia en la cadena de suministros y a los bajos precios que les pagaban por sus naranjas.
Ahora mismo hay 267 productores de ocho países distintos adheridos a este sistema. Más de cuatrocientos veinticinco mil árboles han sido adoptados, y se han enviado directamente a los consumidores, o crowdfarmers, casi tres millones y medio de cajas de productos frescos, según los propios datos de Crowdfarming.
Carlos Cala
Empieza en la radio en 1992, en la emisora de...