Alcobendas será la localidad española a la que menos le afecte la Zona de Bajas Emisiones

Alcobendas

Este 1 de enero la presencia de Zonas de Bajas Emisiones en los municipios que se sitúen por encima de los 50.000 habitantes han pasado a ser de carácter obligatorio. En el caso de Alcobendas, la localidad del norte será la que sufra en menor medida dichos cambios, tan solo el 9,9% de sus vehículos son coches “sin pegatina”.

Se calcula que la nueva disposición, relativa a la movilidad y encaminada a alcanzar los objetivos de la Ley del Cambio Climático, afecta a alrededor de 11 millones de vehículos en España. De ellos, hasta el 32% no tienen ningún distintivo medioambiental, bien por haber excedido las dos décadas desde el momento de la matriculación o bien por no cumplir los requisitos establecidos por la DGT.

Son datos de un estudio realizado por Sumauto, que estima que serán 4 millones de vehículos los que queden “inmovilizados” al haber excedido, lo que denominan, su “fecha de caducidad". Entre las ciudades más afectadas se encuentran municipios como Santa Cruz de Tenerife o Ourense, superando en ambos casos el 40% de parque móvil en esa situación. Sin embargo, en contraposición, la ciudad que menos “coches sin pegatina” tiene es Alcobendas, donde menos del 10% del parque móvil no presenta ningún tipo de distintivo.

El pasado mes de agosto el Ayuntamiento de Alcobendas anunció la creación de una Zona de Bajas Emisiones en el casco urbano de la localidad. En concreto, se ubica en la parte histórica del Distrito Centro, aunque se irá ampliando a medio plazo a otros puntos de este distrito, incluye una treintena de calles en un área circunvalada por Mariano Sebastián Izuel, Marquesa Viuda de Aldama, Libertad, Glorieta de la Menina y Bulevar Salvador Allende.

El proyecto fue aprobado definitivamente en el Salón de Plenos municipal, donde todos los partidos mostraron su apoyo a la modificación de la Ordenanza de Movilidad a excepción del grupo Vox.

Las zonas de bajas emisiones son áreas en las que se busca mejorar la calidad del aire mediante, entre otras cosas, la restricción de acceso a determinados vehículos. Para minimizar el problema de la contaminación ambiental, además de implantar las zonas de bajas emisiones, se debe fomentar la disminución del uso del vehículo privado, conseguir mejoras de calidad de los espacios urbanos y accesos peatonales, una infraestructura ciclista y mejoras sustanciales en el transporte público.

Estos cambios en la movilidad no están exentos de problemas. En el propio estudio llevado a cabo por Sumauto, se afirma que existe el riesgo de caer en una “movilidad discriminatoria de dos energías, donde se restringe la circulación de la población con menos recursos y capacidad para hacer frente a cambios impuestos legalmente. Esta situación se puede dar a dos niveles, por una lado generando ciudades donde solo las personas con acceso a vehículos eléctricos puedan circular, y por otro, con la presencia de pequeñas urbes y zonas rurales que se ven favorecidas al no tener restringida su circulación, permitiendo que circulen en ellas vehículos contaminantes e inseguros de más de 20 años.