Hora 14 Madrid
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"He cambiado la carne por las legumbres, que son más baratas": la inflación deja un agujero de 2000 euros en el bolsillo de los madrileños

Los consumidores aseguran que han cambiado sus hábitos y cada vez destinan más a cubrir necesidades básicas como alimentación o vivienda

Imagen de una mujer comprando leche en un supermercado de Madrid / Cézaro De Luca

Madrid

Elena, vecina de un barrio madrileño, sale del supermercado con dos bolsas llenas pero sin un euro en su monedero. Cuenta que se trata de una compra simple que, fruto de la subida de precios, se le ha ido de presupuesto: "Nos hemos gastado 80 euros y llevamos arroz, pollo, verduras para un puchero... y poco más. ¡Es increíble!". La sensación con la que sale Elena del súper se traduce en datos: la vida en Madrid se ha encarecido en más de 2000 euros respecto al año 2021. Así lo afirma un estudio del sindicato Comisiones Obreras (CCOO), que recoge cómo la subida de precios ha provocado un aumento en el gasto medio de los hogares en la región. Los alimentos, los alquileres imputados (es decir, la renta que un hogar pagaría por una vivienda tipo), el uso del vehículo o el gasto en restauración han aumentado respecto a 2021, según cifras que recoge el sindicato.

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Elena hace unos meses no se fijaba en los precios, pero se ha visto obligada a cambiar sus costumbres: "Si cuando voy a comprar veo que el pescado está muy caro, aunque antes lo hubiese comprado, ahora prefiero ahorrar y llevarme carne o pollo. Parece que nos van dirigiendo hasta cómo y qué tenemos que comer".

Hora 14 Madrid (14/02/2023)

A estas prácticas cada día se adaptan más vecinos, como Cristian: "Me estoy habituando a comer menos y a buscar la proteína en alimentos que no sean carne o pescado... por ejemplo, en las legumbres o verduras que son más baratas. Está subiendo todo una barbaridad y cada semana se nota más en el bolsillo". El Índice de Precios de Consumo (IPC), que se sitúa en el 5,8% en el mes de enero, ha provocado que los bolsillos de los madrileños cada vez noten más el coste de la vida en Madrid. De hecho, según el estudio de CCOO, cada hogar ha gastado, de media, alrededor de 750 euros en 2022 a la hora de comprar alimentos y bebidas no alcohólicas.

La subida de precios ha provocado un incremento del gasto medio en la población. Sin embargo, esta no es acorde a las subidas salariales. Los sueldos han subido de media en 2022 alrededor de un 2,7%, lo que supone una pérdida de poder adquisitivo por parte de los madrileños, habida cuenta del incremento del IPC. Por eso, cada vez más gente hace como Cristian: mirar el bolsillo —o la cartera—a la hora de elegir qué comprar. Pero este no es el único hábito al que se han tenido que adaptar. La reorganización de sus compras también ha sido clave para ahorrar: "Antes iba al mercado cada día para consumir alimentos frescos y compraba todo lo que quería, ahora tengo que abastecerme semana a semana para que me cunda más. Además, antes mi congelador estaba vacío y ahora congelo todo lo posible", nos cuenta Cristian.

Una subida de precios que afecta especialmente a los más vulnerables

Los más perjudicados por el encarecimiento de la vida en Madrid han sido las familias más vulnerables, según el sindicato. Los hogares en los que el sustentador principal percibe rentas mensuales de hasta 999 euros mensuales han sufrido un incremento de precios en la cesta de la compra de más de un 11%. Esas cifras varían en función de los tramos salariales. De hecho, apuntan desde CCOO, los hogares en los que el sustentador principal percibe más de 3000 euros mensuales apenas han notado ese incremento en un 3,6%.

Paloma López, secretaria general regional del sindicato, asegura que los hogares con rentas más bajas dedican "entre un 60 % y un 75 % del gasto familiar a cubrir las necesidades básicas", algo que elimina posibilidades como el ocio en la mayor parte de los casos. López asegura que la vulnerabilidad de las familias también se aprecia en la cualificación de los trabajadores. De hecho, según se puede ver en las cifras aportadas por el sindicato, los trabajadores no cualificados gastaron, de media, alrededor de 22.000 euros el pasado año, frente a los más de 39.000 de los técnicos y profesionales. "Es por ello que es necesario hacer un esfuerzo para mantener la calidad de la educación pública", insiste López.