Amenazas, subidas de precios ilegales y fianzas sin devolver: el mobbing inmobiliario se extiende entre los arrendadores
La precariedad económica, la subida del IPC y la escasez de viviendas en condiciones, ha llevado a muchos propietarios a exigir subidas estratosféricas del precio del alquiler, algo fuera de la ley
Mobbing inmobiliario: el acoso por parte de los propietarios aumenta
España es un país de inquilinos. Los datos más recientes de Eurostat muestran que una de cada cuatro personas vive de alquiler, un porcentaje que no ha dejado de aumentar en la última década. El porcentaje de propietarios de vivienda en España ha pasado en los últimos 10 años de casi el 80% al 75% y la población que vive de alquiler se ha incrementado del 20% al 25%. "Dada la situación en España con la escasez de oferta de inmuebles, los caseros les exigen a los inquilinos mucho más de lo que están obligados por ley", ha explicado Estanislao Moreno, abogado, en Código de Barras.
La precariedad económica en la que viven millones de jóvenes en España, sumada a la subida del IPC y la escasez de oferta de viviendas en condiciones, ha llevado a muchos propietarios a aprovecharse de la situación y exigir subidas estratosféricas del precio del alquiler. Esto, conocido como mobbing inmobiliario y muy extendido entre los caseros, no tiene por qué aceptarse. Estanislao Moreno, socio del despacho de abogados Vecindia, ha asegurado en Código de Barras que "tenemos muchas garantías por ley a las que acudir en estos casos."
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A Laura, su casera no le ha devuelto la fianza del piso en el que vivió durante 2 años, a pesar de haberlo dejado en perfectas condiciones. “Se ha quedado 1.100 euros en calidad de desperfectos”, ha contado este domingo en el programa.
Esteban, de Madrid, se ha tenido que enfrentar a su casera porque quería subir el precio de su alquiler un 6,8%. Dado que el Gobierno ha fijado un máximo de subida del 2% y no se lo había notificado antes de la renovación del contrato, la propietaria ha reculado, aunque le dijo: "ya hablaremos el año que viene".
Estas amenazas también forman parte del acoso inmobiliario, como la que sufrió Ismael cuando su casera le dijo que subiría el IPC un 8,9%. Él le respondió que el Gobierno lo había limitado al 2% y la propietaria le contestó que entre ellos podían llegar a un acuerdo. Cuando Ismael le insistió al respecto, ella le amenazó con la posibilidad de que entrara en el piso un familiar, la única manera por la que podría echarle:
- “Pues tengo una hija que a lo mejor le interesa el piso”
- “Perdona, ¿me estás amenazando?”
- “No, solo te lo digo porque quizá es tu último año”
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Moreno ha explicado que, con la última modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos, para que un propietario pueda echar a alguien de su piso para meter a un familiar, tiene que figurar en el contrato inicialmente firmado por las dos partes: “Se exige que se indique expresamente en el contrato la posibilidad que tiene el arrendador de solicitar la devolución de la vivienda para un uso familiar", ha explicado. "Es una práctica muy habitual y no tenemos que aceptarla", ha concluido.
A Juan, de Madrid, su casero quiere subirle el alquiler, él no puede pagarlo y le ha amenazado con ponerle la calefacción solo una hora al día. "La Ley exige al propietario que la vivienda esté en condiciones de habitabilidad y la temperatura de la vivienda es un bien básico. No se puede coaccionar al inquilino perjudicándole su estancia en la vivienda", ha sentenciado el abogado.