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La 'sociedad de propietarios': la razón por la que se desahucia a tantos inquilinos en Madrid

La crisis de 2008 expulsó de sus casas a muchos propietarios incapaces de pagar las hipotecas, éstos a su vez se convirtieron en inquilinos precarios, abocados a rentas exorbitadas, a las que tampoco podían hacer frente. De nuevo se convirtieron en fruto de otros desahucios

La sociedad de propietarios

Madrid

Pablo Carmona Pascual escribe este estudio en el que ha trabajado en los últimos dos años. El es miembro del proyecto político Traficantes de sueños y también del Centro Social la Villana de Vallecas además de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Explica el autor, como en los últimos quince años ha emergido una nueva figura, la del inquilino precario expulsado de su casa por no poder pagar la hipoteca, y abocado a un alquiler imposible de pagar. En sus mismas palabras: "El perfil mayoritario de hogar que vivía en alquiler a precios de mercado era el de una unidad de convivencia de origen extranjero no comunitario y con edades inferiores a los 44 años. Un perfil que coincide con el que sufrió mayoritariamente en 2008 los desahucios".

A través de su cerca de doscientas páginas el exconcejal por Moratalaz hace un estudio exhaustivo del significado de ser propietario en Madrid, y en España. Un axioma al que generación tras generación nos hemos visto abocados por el empeño franquista de convertir la 'sociedad de proletarios a una de propietarios'. De hecho, el término 'democracia de propietarios' fue años más tarde acuñado por Margaret Thatcher, está conformada por "amplias capas de la población que tienen en sus activos inmobiliarios un medio fundamental de ahorro, inversión y obtención de rentas".

Según Carmona, la teoría thatcheriana explicaba que aquellas personas que se agarrasen a una propiedad iban a tener un pensamiento más conservador y afín a los intereses liberales. Las familias se han constituido como un importante agente inversor y financiero. Esos propietarios serán, por lo tanto, los primeros interesados en que los precios de la vivienda suban, pero ello supone que otros no puedan tener acceso a una vivienda digna. En el año 2018 se marcó el mayor hito en la compraventa de viviendas en una década, se superó el medio millón de transacciones al tiempo que se registró la mayor actividad inmobiliaria en todos los ámbitos desde la crisis, a pesar de estar lejos de las cifras de 2006 cuando se rozó el millón de compraventas. En Madrid, el colegio de registradores cifró en un 76,7 por ciento el número de viviendas adquiridas por particulares.

El alquiler asequible

La tesis de Carmona se apoya en promover el alquiler, pero en un alquiler público y asequible, parecido al modelo austríaco. Sin embargo, cuenta que el Ayuntamiento daba la cifra del 88,8 por ciento de viviendas en alquiler de propietarios particulares en 2018. Mientras que en el centro de Madrid la cifra de propietarios particulares que alquilaban viviendas era de 87%, en el arco Sureste de la ciudad, es decir distritos como Carabanchel, Usera o Vallecas la cifra aumentaba a 92,2 por ciento. En definitiva, subraya el autor la búsqueda de rentas de alquiler favoreció los incrementos desmesurados del precio.

En muchas ocasiones, administraciones regionales como locales hablan de alquileres asequibles, pero detrás de las buenas intenciones se esconden teorías como que quien no pueda pagar estos alquileres es una pequeña minoría pero ello lleva implícito otro supuesto : que quienes no puedan pagar estos alquileres necesitarán mayores ayudas públicas para cubrir impagos. Lo cual es un contrasentido. Concluye Carmona : la "vivienda asequible se convierte en una apuesta por mercantilizar aquello que debería ser un servicio público".

Myriam Soto

Redactora de Radio Madrid