"Hay historias que merecen ser contadas y que no se queden enterradas en la arena": radio desde los campamentos de refugiados saharauis
La asociación sin ánimo de lucro, 'Un micro para el Sáhara', integrada por jóvenes periodistas, busca ser un altavoz para visibilizar las historias y los problemas de los saharauis en los campamentos de refugiados de Tinduf
"Hay historias que merecen ser contadas y que no se queden enterradas en la arena": radio desde los campamentos de refugiados saharauis
Madrid
'Un micro para el Sáhara' es un proyecto periodístico y una asociación cuya intención es crear un vínculo entre la radio española y la Radio Nacional Saharaui, llevando materiales -entre grabadoras, micrófonos y baterías- e impartiendo talleres a los jóvenes y mayores de los campamentos de refugiados. En la primera edición de esta iniciativa, empresas y particulares se volcaron ofreciendo equipo técnico a través de un crowdfunding. Para Ebbaba Hameida, periodista saharaui y miembro de la asociación: "Se trata de preguntarles a ellos y a ellas qué necesitan para que sepamos que esos materiales van a ser utilizados".
La asociación nació en 2017, "de la pasión por la radio, por conocer otra forma de hacer radio en los campamentos, de la importancia de este medio en un lugar tan inhóspito", afirma, "nos dimos cuenta de cuánto puede ayudar y jugar un papel fundamental en el refugio y en la vida de los saharauis".
Con el paso de los años, y de la experiencia, han ido adaptándose a las dinámicas y a las necesidades de los refugiados en los campamentos. La primera vez cooperaron con la radio nacional saharaui, tiempo después, con las radios comunitarias lideradas y gestionadas por mujeres y, este año, quieren intentar introducirse en el mundo del podcast.
Dibujar una puerta violeta
"En el segundo viaje hicimos el taller de la puerta violeta, canción de Rozalén, poco a poco, traduciendo la letra y a través de la comunicación verbal y corporal empezamos a trazar estas historias que ellas quieren contar", señala Hameida. Las historias abundan en un campo de refugiados, la idea no es darles voz -porque ya la tienen- sino un altavoz, cómo abordar los problemas que solo ocupan a las mujeres de allí que son las que, principalmente, cargan con el peso de los cuidados. "Son las que necesitan comunicar estas historias que quedan en el corazón", señala.
En esta actividad, las mujeres saharauis dibujaron literalmente una puerta violeta. "Fue muy mágico porque cuando se crean espacios seguros, mediante el audio, por ejemplo -que es fundamental para ellas porque no las expone, solo la voz- o a través de la música, intentamos imaginarnos qué haríamos todas si pudiéramos dibujar y traspasar esa puerta". Así, quedan reflejados y en la memoria colectiva los problemas de estas refugiadas y sus anhelos. "Es importante que se sientan escuchadas en este lugar tan inhóspito".
"Ser mujer te marca aún más en un conflicto"
En este espacio de confianza tan íntimo que se generó, las participantes se sintieron libre para contar, de forma honesta, sus miedos, sus inseguridades e, incluso, otros tan íntimos como la sexualidad femenina: "Ser mujer te marca y aún más en un conflicto y en una situación tan dura como la que se vive en los campamentos saharauis"
Lydia Payo
Redactora de informativos y de la parte digital...