'Charqueando': un proyecto en Madrid de restauración de pequeños humedales para la reproducción de ranas y sapos
La organización Reforesta forma a voluntarios para reconstruir antiguas pozas secas en Valdelaguna al Sureste de la región . Se espera que las lluvias de abril las inunden y atraigan a anfibios dispuestos a procrearse
Madrid
El punto de encuentro era tan preciso como las coordenadas 40.1647021,-3.373599 . Se recomendaba a los voluntarios llevar calzado cómodo, que protegiera el tobillo, y cuya suela tuviera relieve para evitar resbalones. Crema solar, gorras, gafas de sol; agua y algún tentempié. Íbamos - los voluntarios, el monitor-biólogo que les acompañaba, y la periodista a recorrer parte de la Ruta de las Fuentes que parte de Valdelaguna por la carretera de Morata de Tajuña. La ruta entera la suelen practicar los senderistas, tan es así que un grupo de ellos nos dirigió un "¡Buen Camino!", como si el de Santiago se tratara. Una vez todos recontados, salimos. Enseguida se crearon pequeños grupos. Quien suscribe, estuvo hablando, en el camino de ida, con una ex funcionaria de la Universidad de Alcalá, a punto de jubilarse. Estas actividades atraen a personas de todo tipo, con un punto en común : la defensa del medioambiente y la preocupación sobre su estado de conservación. El problema es que muy rápidamente se completan y que la lista de espera no siempre se abre porque, como ocurrió el sábado 1 de abril, algunos inscritos no aparecieron sin haberse dado de baja. Por fin llegamos a la primera charca-seca. Estaba conectada a un pilón. En éste último había algo de agua, pero estancada y falta de oxigeno. Al lado de la poza sin agua, el biólogo Lorenzo Martín nos dio las primeras explicaciones. El había estado construyendo esa y otras charcas en 2007, año del que databa el cartel que las lluvias y el paso de los años había descolorido. Hacía unas semanas, había vuelto a recorrer la zona y de la boquilla del pilón aún salía un pequeño chorro. Ya no. Ni una gota. En años buenos, la charca solía llenarse de sapillos pintojos, y de sapos parteros. Pero este año, abril ha empezado seco, con lo cual no se han podido reproducir porque no han sentido la llamada de la lluvia. O bien si alguno ha puesto los huevos, éstos han muerto por la escasez de agua.
Los anfibios son terrestres. Viven en la tierra. Eligen estar debajo de una piedra, dentro del hueco de un árbol, incluso dentro de la madriguera de otro animal. Tienen una actividad nocturna, salen a alimentarse. Cualquier cosa que les quepa en la boca es un buen bocado pese a que son gourmets de insectos, por eso son buenos aliados para la agricultura porque ahorra insecticidas. Los renacuajos suelen ser vegetarianos, se comen el detritus de las charcas, aunque también practican el canibalismo si uno de ellos fenece. Por otro lado, en la cadena trófica, los anfibios son también presas.
Tras esta explicación nos fuimos hasta la siguiente charca - seca. En esta nos quedamos, y con la ayuda de palas, azadas y fuerza bruta la veintena de voluntarios cavó, saco piedras, quitó sedimentos, hojarasca y dejó 'niquelado' un agujero que con un poco o mucho de suerte, se llenará con las lluvias de abril y atraerá a los batracios. Si llegan a reproducirse, les damos la bienvenida al nuevo mundo, pese a que aquí les esperan además de la sequía, enfermedades, como la quitridiomicosis, o los depredadores tales como el visón que es una especie invasora. Como decía Lorenzo Martín : "la vida del anfibio es dura".
Myriam Soto
Redactora de Radio Madrid