"Ojalá pronto no sea noticia que haya un gitano graduado": la juventud contra el fracaso escolar y los prejuicios

Madrid

Malena tiene 29 años y está preparándose las oposiciones a Policía Nacional. Dejó los estudios cuando tenía 13 años y se fue a trabajar al mercado con su familia: "Esas cosas de los niños, la tontería de trabajar", señala. "Cuando nos mudamos a Madrid, me di cuenta de lo bueno que era estudiar y empezar a tener ambiciones. Quieres saber hablar de temas, expresarte bien, así que, empecé a formarme y me saqué el graduado". A pesar de estar preparándose las oposiciones para Policía Nacional, Malena -como muchos otros gitanos- siente que su opinión y su voz no está igual de reconocida que la de el resto. Su prima, también Malena, de 30 años, siempre quiso trabajar en algo relacionado con la salud y este año se va a presentar a las oposiciones para SAMUR de ambulancias. "Lo que más me gusta es ayudar a la gente, la satisfacción de pensar que una persona ha necesitado ayuda y yo lo he hecho lo mejor posible", asegura.

Ellas, junto a otros chicos gitanos como Miguel y Marcos, que también se encuentran estudiando -derecho y administración, respectivamente- forman parte de un programa de la Fundación Secretariado Gitano que tiene como objetivo promocionar el éxito escolar en su comunidad. Hoy, 8 de abril, el pueblo reivindica orgulloso su día, pero recuerdan que todavía existen muchos prejuicios hacia ellos. Son objeto de exclusión social, desigualdad y racismo, algo que se ve incrementado con la distancia entre la situación educativa de la población gitana y del resto de población.

'Promociona' para continuar los estudios

Son muchos los informes que muestran esta realidad alarmante: hay muy pocos niños, y niñas menos aún, que comienzan la ESO (Educación Secundaria Obligatoria), y de ellos, el 80% no finaliza esta etapa. Miembros de la Fundación trabajan en sus instalaciones con jóvenes gitanos y gitanas, como ellos, para revertir esta situación a través de proyectos como el programa Promociona. Con sus historias, Malena, Marcos y Miguel no solo han conseguido romper las estadísticas, sino también ser referente para las nuevas generaciones.

Para Rocío García, directora territorial de la FSG de Madrid, señala que el programa, que se empezó a implantar en 2016, trabaja con el alumnado gitano, con sus familias y con los centros a través de orientación profesional y apoyo educativo en horario de tarde. "Hemos notado un desfase curricular, repeticiones desde casi tercero o cuarto de primaria, también porque muchas veces son familias sin titulación básica y sin posibilidad de apoyar a estos chicos y chicas en las tareas o exámenes".

Sin referentes en el currículum escolar

"Ojalá en algún momento no sea noticia que una gitana o un gitano se hayan graduado. En las noticias no se ve que un payo se ha graduado en medicina", denuncian. Para ellos, uno de los principales problemas es la falta de referentes en el currículum educativo. "Nadie te dice que Charles Chaplin era gitano, eso lo descubres tú indagando...esa falta de referentes también hace mella porque si tienes el mantra de que no sirves para nada y vas a fracasar, no rompes", asegura Luciano Fernández, uno de los trabajadores del centro.

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En el prejuicio de que la juventud gitana abandona

Todos coinciden en que el apoyo familiar es esencial en sus carreras: "Si es verdad que antes las mujeres se casaban mucho más y dejaban de estudiar, pero ahora no es así". Creen que los estudios que muestran fracaso escolar, principalmente en la ESO, tienen que ver con la falta de motivación de los propios educadores y las aulas segregada. "Los profesores no se esfuerzan con los niños porque saben que son gitanos, pierden el interés porque piensan que no van a estudiar y al final estamos moviéndonos por un prejuicio de la juventud gitana abandona". "Aquí nos llegan muchos niños y niñas con un potencial maravilloso que solo necesitan un poco de atención, no necesitan que se les ponga al fondo de un aula y mientras no hagan ruido no hacer nada...aquí tenemos los casos de éxito, pero no podemos olvidarnos de los huérfanos del sistema".