Una novela sobre una de las tragedias más terribles del patrimonio cultural ibérico
‘El bibliotecario de Medina Azahara’ de Antonio Torremocha cuenta cómo se produjo la quema de la inmensa biblioteca de los califas de Córdoba
Charlamos con el escritor Antonio Torremocha
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Fuenlabrada
Cuentan las crónicas, aunque pocas veces hay que tomarlas al pie de la letra, que la gran biblioteca califal de Córdoba (siglo X) llegó a albergar entre 200.000 y 400.000 libros de todo tipo y llegados desde casi todos los rincones del Mediterráneo y Próximo Oriente. Dejando aparte las cifras, está claro que nos encontramos ante uno de los centros de acumulación del saber más importantes de la Edad Media y que, como otros, tuvo un tráfico final: la radicalización religiosa bajo el gobierno de Almanzor hizo que muchos de los libros fueran quemados y luego la caída del califato y la situación de inestabilidad que sufrió la capital cordobesa provocó que se sucedieran los saqueos hasta que apenas quedaron rastros dispersos por los diferentes reinos de taifas.
Esta historia estructura la última novela de Antonio Torremocha, ‘El bibliotecario de Medina Azahara’ (Almuzara, 2023), que centrándose en los protagonistas culturales de ese periodo, narra los hechos más destacados de uno de los momentos más ricos de la historia cultural de la Península Ibérica.
“Hay maldad en la humanidad como pasó con las quemas de libros de la biblioteca de Alejandría o lo que hicieron los nazis en Alemania. La biblioteca de Córdoba fue el objetivo de los intransigente de su época porque la intransigencia siempre la pagan los libros“, ha explicado Torremocha.
En el libro recorreremos no solo la Córdoba califal sino también Bagdad o Egipto a través de los ojos del sabio Jalid ben Idris, del eunuco Talib o de las copistas Lubna o Fátima.
“Había unas cuarenta mujeres, muchas cristianas conversas, que eran las líderes de ese gran movimiento de copistas y traductoras que hubo en Córdoba”, nos ha contado el autor.