"Toda la historia de Madrid está en el Comercial": el libro que narra la vida del café más antiguo de la capital

Madrid

"Llega la hora de ir a Bilbao, te duchas, te arreglas y coges el carné. Ahí está tu amigo en el café", cantaban Los Ronaldos en su canción Es verano. La letra alude al emblemático Café Comercial, el más antiguo de Madrid. Se inauguró en 1887 y a lo largo de más de un siglo se convirtió en el punto de encuentro clave de los intelectuales de cada momento: por allí pasaron Antonio Machado, Camilo José Cela, Gloria Fuertes o Rafael Sánchez-Ferlosio, entre muchos otros nombres. El libro Café Comercial, la casa de todos (2022, Muddy Waters Books) recopila las anécdotas y vivencias más destacables contadas por quienes estuvieron entre sus paredes.

Con una ubicación privilegiada, en la famosa glorieta de Bilbao, cuando traspasas ahora sus puertas giratorias te recibe un ambiente bohemio de paredes de espejos, lámparas restauradas estilo Art Decó y mesas de mármol que en un pasado custodiaron algunos de los personajes más célebres de la cultura. Tras un rincón de la planta de abajo, donde antes se reunía un grupo de ex pilotos rojos de la Guerra Civil, hay hoy un nuevo rótulo luminoso que reza: "Bibir" -sí, con B- "es beber con los que viven". Precisamente ahí nos reunimos con Rafael Soler, autor de la frase que luce en el rótulo, editor del libro, y uno de los actuales propietarios del café.

¿Cómo se puede explicar la importancia, la esencia, del Comercial a alguien que no sabe nada de él, que nunca lo ha visitado?, le preguntamos a Soler. "Lo más fácil es cogerle de la oreja si es preciso y obligarle a que entre en el café", bromea. "A partir de ahí ya es nuestro". Acudir al menos una vez al Comercial es algo que todo aquel que pase por la capital debería hacer. No es para menos: según el poeta, "toda la historia de Madrid de los últimos 130 años está en el Café Comercial." Una historia que merece ser contada. De ahí la creación de este libro, que nació de una idea consensuada entre los socios del café: "Algunos pusieron un poema, otros colaboraciones que prácticamente son un ensayo, pero sobre todo hay mucho corazón".

Corazones como el de Juantxu Bohigues, una de las 75 voces que componen el libro que edita Soler. Bohigues fue camarero del Café Comercial durante 24 años y recuerda perfectamente la primera vez que entró en él: "No podía dejar de escribir. He escrito 162 relatos, 162 noches después de trabajar. Era como una transfusión de sangre, de alegría y de ilusión". Cada vez que entraba un escritor que él reconocía o al que leía, o incluso cuando entablaba conversación con alguno, sentía que "era un día que no se había perdido" y que le "daba sentido a lo que estaba haciendo".

Sin embargo, no todo fueron alegrías en el café. También hubo momentos difíciles, como el día que Bohigues tuvo que echar al poeta Leopoldo María Panero. "Se bebía las copas de vino de un trago, era de esos clientes que sabes que te van a dar problemas", rememora. A poetas como él los consideraba sus "hermanos", por lo que resultó tremendamente duro pasar por algo así: "Ellos escribían, y yo también quería escribir".

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Otro gran golpe tuvo lugar el 27 de julio de 2015, cuando el Comercial cerró sus puertas y Juantxu tuvo que abandonar su segunda casa. Nadie sabía cuál iba a ser el futuro del local. Sin embargo, el 27 de marzo de 2017 Rafael Soler y sus socios devolvieron a la vida al Comercial, que regresó acompañado de sus memorias, pero abrazando al mismo tiempo una nueva realidad.

"Aquí conviven ahora en muy buena armonía jóvenes y personas de más edad, cada uno a lo suyo: su teléfono móvil, su ordenador. Hay también algunos periódicos todavía", cuenta el escritor. "Quizá tenemos más turistas que antes, hay caras que luego no vuelves a ver, pero este sigue siendo un café de parroquianos. Tú entras y te dicen 'Hola, buenos días, ayer no viniste...', eso se ha conservado".

En su última reforma el café se apostó por la gastronomía y se introdujo un servicio de desayunos, almuerzos, comidas y cenas que antes no existía, con un menú del día de lunes a viernes y otro de fines de semana. Así, el Café Comercial no es ya sólo un lugar centenario de tertulia y encuentro con la historia, sino también un espacio para alegrar el paladar.