Iñaki Piñuel: "Los psicópatas integrados llevan una máscara, puede ser tu marido, tu jefe o tu vecino"

madrid

Esta semana hemos charlado con el doctor en psicología, Iñaki Piñuel, que acaba de publicar nuevo libro: 'Libertad Zero. Los psicópatas integrados y otras amenazas que nos aprisionan'. Se trata de uno de los más reconocidos profesionales para identificar y combatir psicópatas integrados. Este psicólogo, ensayista, investigador y profesor universitario se adentra nuevamente en el mundo de las relaciones tóxicas para ofrecernos herramientas con las que ponernos a salvo.

Para Piñuel, las víctimas de psicópatas integrados suelen ser un colectivo muy abandonado: "Sin voz, sin relato, sin discurso público". Recuerda que cuando se piensa en un psicópata lo primero que nos viene a la cabeza son personajes ficticios, como Hanibal Lecter, o asesinos en serie, sin embargo, "la gran mayora están integrados en la sociedad, son encantadores y pueden estar entre nosotros: tu jefe, tu esposa, tu marido, el vecino, etc. Llevan una máscara de normalidad que hace muy difícil percatarse de ellos", afirma.

Considera que, actualmente, hay un proceso de toma de conciencia por el que, cada vez, son más las personas víctimas que se dan cuenta de su situación, aunque recalca que es un proceso muy largo y doloroso. "La mayoría banalizan y normalizan su trauma porque sin violencias físicas directas, sin escándalos sociales, la forma de destruir es sutil, es un gota a gota, un trato degradante que no deja huellas". Esto se une, también, al proceso de culpabilización por que pasan las víctimas ya que el agresor proyecta esta sensación en ellas.

Algunos de los indicadores que ha señalado y que pueden hacer saltar las alarmas son la progresiva pérdida de la autoestima o la pérdida de la alegría. Los síntomas suelen materializarse como los que se tienen tras el estrés post traumático: insomnio retrógrado, ansiedad o ataques de pánico. "En una relación de pareja esto es terrible, te puede destruir sin tocar un pelo. Lo mismo pasa con los psicópatas laborales que hacen mobbing a sus compañeros o subordinados", y añade: "Los psicópatas si se tienen que quitar a alguien de en medio lo hacen porque no tienen conciencia moral".

"Hay que ser muy crudo en esto, pasan años hasta que se dan a conocer", ha reconocido. "Acreditar su situación es muy difícil y si no los detectamos a tiempo, no nos queda más remedio que convertirnos en sus víctimas". Además, afirma que se produce un profundo apego al perpetrador por el que las víctimas recaen y dan segundas oportunidades: "Hay un promedio terrible de entre 7 y 9 veces hasta que la víctima de una relación con un psicópata consigue dejarle". En este sentido, se produce una disonancia cognitiva que acompaña a la persona que lo sufre muchos años después.

Asegura Piñuel que para intentar combatirlo es necesario estar bien documentado, leyendo material acreditado, y guardar cualquier cosa que pueda ser útil para que en el caso de presentar una queja o una denuncia quede probado. Lo más importante, insiste, "es no intentar redimir al psicópata, hay que olvidarse de intentar cambiarle y ponerse a salvo, a uno mismo y a los hijos si se tiene".