El Ayuntamiento de Madrid acomete obras de remodelación en varios parques de la capital y los vecinos se revolucionan. Este fin de semana están convocados a dos manifestaciones

Madrid

Cuando uno vive en el distrito Centro, en el Barrio de la Concepción o en Carabanchel no es que tenga precisamente cerca el Mato Grosso. De ahí que los vecinos agradezcan esas zonas verdes donde pasean, hacen deporte, sacan al perro o se encuentran tranquilamente con sus amigos por las tardes. La tormenta Filomena del 8 y 9 de enero de 2021 dejó a su paso cerca de medio millón de árboles afectados, más de 90.000 de los cuales, el Ayuntamiento de Madrid aseguró tendrían que ser talados y que otros tantos se replantarían en su lugar. El alcalde, José Luis Martínez Almeida, calculó en un primer momento que el impacto de la nevada supondría cerca de 1,4 millones de euros, una cifra que el gobierno central vertió a las arcas municipales como indemnización por zona catastrófica, pese a que el regidor más tarde reclamase en los tribunales más de 60 millones.

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A partir de ese momento, tras la catástrofe, y una vez la nieve convertida en agua, los vecinos de todos los barrios pusieron el grito en el cielo porque el Consistorio empezó a cortar árboles, que ellos consideraban sanos y longevos, de muchos parques, donde además emprendió obras de remodelación. Ocurrió en el Parque de la Cornisa, justo a la espalda de La Basílica de San Francisco el Grande. El lugar es desde hace tiempo un punto de convivencia vecinal, donde muchos han encontrado amistades. Allí se informó de que las obras iban a acabar con una veintena de árboles y que además se iba a introducir el granito - caluroso a más no poder en verano. De nada sirvieron protestas y entrevistas en los medios. Las obras prosiguieron. Ahora parecen estar paradas porque se espera la segunda fase. Carmela Gómez, de la Asociación Vecinas Corniseras cuenta que "de los 90 árboles que el Ayuntamiento tenía presupuestado cortar, ninguno estaba afectado por Filomena. El problema es que molestaban porque estaban en medio de un camino, o enmedio de una futura instalación que no los consideraba".

Ocurrió en el Parque de las Cruces. Los vecinos llevaban mucho tiempo pidiendo una remodelación del parque porque parecía estar dejado de la mano de Dios y del Ayuntamiento. Pues bien, este último presupuestó unas obras de casi medio millón de euros, de los cuales sólo 50.000 han sido para cubrir la jardinería. El resto "es una obra civil" como se queja Fernando Gómez de la Mesa del Arbol de Carabanchel, " han traído al parque maquinaria pesada que se utiliza para hacer carreteras, de hecho han echado por los caminos zahorra artificial, es decir, áridos que como su nombre indica sirve para que no pueda crecer nada a su paso". Ocurrió en el Parque Calero : la obra que ha llevado a cabo el Ayuntamiento no es tampoco del agrado de algunos vecinos. "Nos han pavimentado el 70 por ciento de la superficie del parque. Prácticamente en todos se hace lo mismo para evitar el mantenimiento, y uno de nuestros lemas es 'menos pavimento y más mantenimiento', en nuestro caso el 40 por ciento de la obra remodelación va para la pavimentación", agrega Enrique Astiz.

Los vecinos están preocupados porque todas estas obras carecen del estudio de impacto medioambiental porque se consideran remodelaciones, cuando en realidad son obras mayores. Por lo cual, reclaman que el Ayuntamiento se ponga en contacto con las asociaciones de vecinos, porque aseguran que serán éstos en verano los que sufran la isla de calor.