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La comunidad musulmana se queda sin espacio para enterrar a sus muertos: "En octubre ya había familias comprando cuatro sepulturas en vertical"

La comunidad musulmana de Madrid se queda sin espacio para enterrar a sus muertos, después de que el único cementerio habilitado para este propósito, en Griñón, notificara su colmatación el pasado diciembre

Entrevista a Mayson Douas

Madrid

Esta mañana en ‘Hoy por Hoy Madrid’ nos hemos detenido en un problema que afecta a los más de 300.000 musulmanes que viven en la región. El colectivo lleva meses enfrentándose a la falta de espacio en la comunidad autónoma para enterrar a sus seres queridos. El cementerio de Griñón era el único lugar adecuado para ello, pero llegó a su capacidad máxima a finales de año. Desde entonces miles de familias tienen que buscar alternativas en Burgos, Valencia, Córdoba, o incluso en otros países.

“Los cementerios son competencia municipal. En España tenemos más de 8.100 municipios y sólo 35 cementerios para población musulmana. No necesitan nada más que estar orientados hacia La Meca en el momento del enterramiento”, lamenta Mayson Douas, concejala en funciones de Más Madrid en la capital, y portavoz de la plataforma ‘Por un Entierro Digno’. Desde el movimiento reclaman al Ayuntamiento que se adecúe un terreno en el cementerio de Carabanchel que fue cedido para este fin en julio del 2022. Casi un año más tarde, el proyecto sigue paralizado y sin fecha para la primera inhumación.

“El Ayuntamiento no está prestando este servicio y está obviando una necesidad. Los muertos también necesitan ser atendidos con dignidad”, protesta Douas. Después de lanzar una iniciativa de apoyo en Change.org, miembros de la plataforma acudieron el martes al Defensor del Pueblo solicitando el acondicionamiento de la parcela.

El derribo de la mezquita de Griñón, una solución insuficiente

Sin embargo, la única obra que se divisa en el horizonte más próximo consiste en el derrumbamiento de la mezquita de Griñón para la construcción de 145 sepulturas más. Una medida que desde la alcaldía de la localidad ven necesaria para poder seguir inhumando cuerpos. “La única opción que hay es derribar el edificio y hacer otro un poco más reducido. De esa manera podremos continuar como hasta ahora. Estamos terminando de aprobar el proyecto y la idea es poder retomar los enterramientos antes de finalizar este año”, explica José María Porras, alcalde de Griñón en ‘Hoy por Hoy Madrid’.

No obstante, Douas considera que esta solución es solo un parche que no cubre las 1.500 muertes anuales de población musulmana en la región: “Se trata de una ampliación insuficiente que se hace a costa de perder un edificio de culto con usos funerarios. Al dolor de no saber qué va a pasar cuando mueras, se le suma el dolor de perder la mezquita. En unos meses nos volveríamos a ver en la misma situación.”

Entrevista a Mayson Douas

La lucha por un entierro digno

Por esa situación pasan cada día varias familias de la región, obligadas a llevar los cuerpos de sus seres queridos lejos de la capital. Houssain el Gharrafi, de Torrejón de Ardoz, lo vivió en primera persona el pasado diciembre, cuando falleció su prima de 45 años. “Nosotros no sabíamos que ya no había sitio en Griñón para enterrar adultos”, relata. “La idea de enterrarla ahí era precisamente para que sus hijos pudieran visitarla cuando ellos quisieran”.

La familia de Houssain optó por repatriar el cuerpo de la fallecida a Tánger, su ciudad natal, pero el proceso burocrático se alargó durante dos angustiosas semanas. “Tienes un familiar recién fallecido y hay que estar haciendo llamadas y gestiones. Debería ser un trámite fácil porque ese ya es un momento difícil para los familiares como para tener que preocuparse de algo tan básico como tener un sitio cercano donde ser sepultado, no a 300 kilómetros o en otro país”, protesta.

Ante la inacción de las instituciones, los musulmanes y musulmanas de Madrid seguirán luchando por un entierro digno para el colectivo al que pertenecen; uno amplio y plural en el que, como Houssain señala, no solo sufren los que vienen de fuera: “Hay muchísimos musulmanes cuyo origen es Madrid, que nacieron en en la capital, que sus antepasados son madrileños, y que tienen el derecho como ciudadanos y como españoles de ser enterrados aquí.” Esos madrileños ya se han movilizado, ahora es el turno del Ayuntamiento.