"Cuando ves un Punto Violeta te sientes más segura porque sabes que el acoso que estás viviendo no va a quedar impune": barrios, universidades y fiestas contra las agresiones

La nueva concejal de Servicios Sociales en Torrelodones, Sonsoles Palacios (Vox), anunció a través de un vídeo que el municipio suprimiría los puntos violeta de las fiestas patronales. La alcaldesa del municipio ya lo ha rechazado y confirma que sí estarán instalados

La importancia de los Puntos Violeta para las mujeres

La importancia de los Puntos Violeta para las mujeres

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Son muchas las fiestas que se celebran este fin de semana y a lo largo de estos meses de verano. Estos días, la Comunidad de Madrid se viste de gala para las celebraciones en los barrios Usera, San Blas Canillejas o Villaverde. Son momentos de grandes aglomeraciones donde se pueden producir situaciones indeseables. Para estos casos se pusieron en marcha los Puntos Violeta: mecanismos promovidos por el Ministerio de Igualdad desde 2018 como una herramienta para implicar a todos y a todas en la lucha contra la violencia machista. Estos puntos no solo acompañan y actúan frente a agresiones, sino que también informan sobre cómo actuar y son espacios de escucha y apoyo.

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En Torrelodones, hace unas semanas, la nueva teniente de alcalde y concejal de Servicios Sociales, Sonsoles Palacios -de Vox- anunció que el municipio suprimiría los puntos violeta de las fiestas de la localidad -que se celebran el próximo fin de semana- por considerarlos "podemitas". El enfrentamiento llegó entre los socios de gobierno porque la propia alcaldesa del Partido Popular, Almudena Negro, rechazó completamente la medida y, aunque todavía no hay un comunicado oficial por parte del consistorio, desde su equipo de gobierno han confirmado en repetidas ocasiones que los Puntos Violeta se mantendrán.

Fiestas de barrio, festivales y Universidad

Las vecinas de los barrios y municipios madrileños consideran que estos espacios son muy importantes para garantizar la seguridad de las mujeres en las fiestas. Es el caso de Agustina Serrano, de la asociación vecinal San Blas Canillejas. Recuerda cómo en el último año de fiestas, una compañera vecina sufrió un intento de agresión, que no llegó a más porque apareció la Policía Municipal, pero señala que el acompañamiento que hicieron desde el Punto Violeta fue muy necesario. "Eran las 3 de la mañana y se iba para su casa hasta que le asaltaron dos energúmenos abriendo la puerta trasera del coche para meterla dentro. Tuvo suerte de que pasara la patrulla de la policía, pero lo único que le dijeron es que fuera tranquilamente a casa, ni si quiera le acompañaron, y que al día siguiente fuera a comisaría a poner la denuncia", explica. Fueron las voluntarias del Punto Violeta las que estuvieron con ellas mientras presentaba la denuncia y cuidando de ella en todo momento.

Estos espacios de igualdad no se limitan solo a fiestas locales, festivales o conciertos. La urgencia por luchar contra la violencia machista ha llevado a implantarlos también en el entorno académico. Un ejemplo es en el Campus de Somosaguas, en la Universidad Complutense de Madrid. Paula Martín Peláez, antigua estudiante y profesora investigadora en la Universidad, afirma que hay un mito sobre que las personas que tienen estudios superiores no cometen acoso y que es totalmente falso. "Parece eue la universidad es un ámbito en el que el acoso no existe y cuando ocurre, las alumnas no saben qué hacer; nosotras le proporcionamos herramientas, les asesoramos y hablamos con determinadas personas que sí tengan responsabilidades institucionales". Los casos que más se han encontrado son de acoso entre pares, es decir, entre estudiantes que pueden compartir clase o colegio mayor o que simplemente se encuentran en fiestas universitarias.

Un mecanismo preventivo

Para Paula, el punto violeta -en el que colaboran estudiantes y profesoras especializadas en género- es un mecanismo preventivo: "Al final cuando tu vas a una fiesta y ves un punto violeta ya incluso tienes una sensación e seguridad y me imagino que también ocurre en los caso de los posibles agresores. Cuando hay un Punto Violeta sabes que el acoso que tu vives no va a quedar impune porque hay unas personas encargas de eso con una vinculación específica con sanitarias y policía".

Espacio propio de Cruz Roja

Cuando los Ayuntamientos o los festivales no disponen de un punto propio para tratar estas situaciones, muchos de ellos se ponen en contacto con Cruz Roja Madrid para que desplieguen una carpa propia en estos espacios. Actualmente, el proyecto de la organización se encuentra en nueve localidades madrileñas con 67 personas voluntarias. Ana Isabel Bernete, referente autonómica sobre feminismo y diversidad en Cruz Roja afirma que lo importante es "que todas ellas conozcan el proyecto y que sepan que es un espacio libre y seguro". Y añade: "Es importante que sepan que siempre vana a encontrar una persona que les brinde confianza, que les diga yo te creo, yo te apoyo".

Además de atender a las víctimas de posibles agresiones, también es un espacio donde quienes lo visiten pueden aprender con actividades lúdicas a informarse sobre igualdad de genero. Actualmente, el espacio propio de Cruz Roja no permite la intervención por lo que cuando les llega algún caso su protocolo de actuación es acompañar a la persona en la carpa "evitando la revictimización hasta que viniera la Unidad de Respuesta Social de Cruz Roja, de la parte de socorros porque ellos tienen un equipo con experiencia en tratar este tipo de situaciones".

Lydia Payo

Lydia Payo

Redactora de informativos y de la parte digital de Radio Madrid. Presentadora del Podcast 'Todo es Empezar'...

 
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