"Ojalá encuentre aunque sea solo un dedito de mi padre": el deseo de Benita, de 91 años, hija de un represaliado por el franquismo
Este verano se ha reanudado la exhumación de las víctimas del franquismo enterradas en el cementerio de Colmenar Viejo, la primera de estas características de la Comunidad de Madrid
Madrid
Benita tiene 91 años y todos los días acude al cementerio parroquial de Colmenar Viejo. Tiene la esperanza de encontrar a su padre, al que vio por última vez cuando era una niña. "Se entregó porque decía que no había hecho nada malo". El padre de Benita se llamaba Facundo Navacerrada y era líder del sindicato UGT en la localidad de San Sebastián de los Reyes. "Mi hermana de 16 años le dijo: padre, no se entregue que le van a matar. Y él dijo: no hija, en cuanto hable y me explique no me va a pasar nada. Pero ya no le dejaron salir". Facundo fue condenado a muerte en 1939 por las autoridades franquista, y acabó enterrado en el cementerio de Colmenar junto a otros 106 hombres y una mujer fusilados tras un Consejo de Guerra. "A mi padre no le fusilaron, a mi padre le dieron una muerte más cruel. A mi padre lo ataron a un camión, con una soga, lo rociaron de gasolina y lo prendieron. No sé si podré encontrar algo de él, ojalá encuentre aunque sea un dedito", cuenta Benita con la voz quebrada por la emoción.
Más información
El verano pasado, arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi comenzaron en Colmenar la primera exhumación de víctimas civiles del franquismo en la Comunidad de Madrid. La asociación Comisión de la Verdad de San Sebastián de los Reyes había conseguido los permisos y una subvención de 20.000 euros que permitieron diez jornadas de trabajo. En aquella primera fase se localizaron una docena de cuerpos, pero quedó pendiente otra fosa por abrir. Este año, y con financiación del Gobierno de España, se han reanudado los trabajos con la esperanza de recuperar todos los restos sepultados.
Exhumaciones en Colmenar Viejo
Las víctimas procedían de municipios del norte de la región, también de los antiguos pueblos de Hortaleza y Fuencarral, hoy distritos de la capital. Todos fueron condenados, recién terminada la Guerra Civil, "porque destacaron en sus respectivos pueblos como dirigentes sindicales o políticos", explica Roberto Rodríguez, antropólogo e historiador responsable de la investigación que logró poner nombre y apellidos a todas las personas fusiladas en Colmenar.
Mientras los arqueólogos remueven la tierra y rescatan los restos óseos, la asociación Comisión de la Verdad de San Sebastián de los Reyes recopila muestras de ADN de los descendientes de los fusilados para poder identificarlos. "Solo se han podido recoger muestras de 30 familias", precisa Carmen Carreras, secretaria de la asociación, que tiene un correo a disposición de los descendientes que quieran colaborar en el banco genético: memoriahistoricasanse@gmail.com. "Nosotros podemos acercarnos a su domicilio, a dónde estén, para tomarles una muestra de saliva y obtener su ADN", añade Carmen, que invita a participar este sábado 5 de agosto en la ofrenda floral a las víctimas que se celebrará en el cementerio de Colmenar. Además, el equipo de arqueólogos mostrará a los visitantes la evolución de su trabajo de este verano.