¿Cómo nació el mundo según China?
La civilización china es una de las más antiguas del mundo y cuenta con una mitología rica y propia, aunque algunos aspectos los comparte con Japón y Corea
¿Cómo nació el mundo según China?
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Comunidad de Madrid
En el viaje mitológico de esta semana, es el momento de viajar a China, cuya mirada acerca del origen del mundo y del ser humano no tiene nada que envidiar a otras. La civilización china, además, es una de las más antiguas, con documentos de, aproximadamente, hace cerca de 3.500 años; y cuenta con una mitología propia en muchos aspectos, si bien, comparte algunos aspectos con Japón y Corea.
Cuando se habla de la mitología china, hay que hablar de un conjunto de relatos fantásticos cohesionados de la cultura de la antigua China, cuyo origen se remonta a las dinastías Xia, Shang y Zhou. Además, su panteón se compone de más de 200 deidades, sin olvidar los espíritus, muy venerados en esa sociedad, ni a los ancestros. De hecho, cada pueblo, aldea, ciudad, campo y granja tenía su propio Tudi Gong, un espíritu elemental de la tierra, reconocido y honrado.
También había deidades que, en el pasado, habían sido mortales y que, ahora, vivían con los dioses, como los ocho inmortales de los sagrados taoístas que fueron recompensados por la diosa Reina Madre de Occidente con la inmortalidad. Se les rezaba como a cualquier otro dios, al igual que a los antepasados que habían cruzado el puente entre la tierra de los vivos y el reino de los muertos para velar por los estos primeros.
Por otro lado, cada una de las deidades tenía su propio papel en la vida de las personas y en el funcionamiento del mundo, desde los momentos más íntimos hasta los acontecimientos de importancia nacional, como la caída de una dinastía. Aunque aquí tampoco podía faltar una deidad que velaba por la ley y el orden y a quien se le atribuía la creación. En este caso, esa labor recaía sobre el dios Shangti, también conocido como el Emperador de Jade.
En lo referente al origen del mundo, existe una leyenda según la cual, en un principio, no había tiempo, ni nada. Las tinieblas y el caos eran una constante y conformaban un huevo, del cual nació Pan Gu, con quien empieza todo. Se cuenta que esta criatura permaneció un tiempo incubándose en ese huevo, alimentándose de él y manteniéndose en reposo. Al despertar, hizo como un gigante y, al estirarse, rompió la cáscara, provocando que la parte clara del huevo ascendiera y formara los cielos mientras que la materia fría y turbia permaneció debajo para formar la tierra.
Al ver todo eso, Pan Gu se sorprendió y se emocionó al encontrarse en un hábitat nuevo, lleno de luz y espacio para poder ponerse en pie y moverse libremente. Sin embargo, algo empezó a preocuparle, y era la idea de que cielo y tierra volvieran a unirse como solían hacerlo y él quedase atrapado de nuevo, de modo que se colocó entre ambos y los sostuvo con su cabeza y sus pies por 18 mil años. Durante todo ese tiempo, continuó creciendo, por lo que, sin darse cuenta, iba separando más y más las dos partes, hasta que, un día, sintió que la distancia entre ambos era la adecuada para que no volvieran a unirse.
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