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La Dos de Mayo en crisis: padres y comerciantes luchan por un futuro más limpio y seguro para todos

La icónica plaza se convierte en símbolo de la degradación que amenaza a todo un barrio, mientras la comunidad exige medidas urgentes

La Dos de Mayo en crisis: padres y comerciantes luchan por un futuro más limpio y seguro para todos

Madrid

El reciente apuñalamiento de un hombre en la Plaza del Dos de Mayo ha sido la gota que ha colmado el vaso para los padres del CEIP Pi I Margall. El AMPA lleva meses alzando su voz contra el abandono, la inseguridad y la degradación de un espacio en el que además de un colegio se encuentran una guardería y un centro de mayores. Cada mañana decenas de niños esperan para entrar en clase entre cristales rotos, latas de cerveza y en ocasiones personas sin hogar.

“Hay una absoluta falta de control en la plaza. Es una situación que cada día se nota y nos afecta más. No es normal que en el parque infantil adyacente a la escuela los niños jueguen alrededor de toxicómanos que se refugian ahí”, denuncia Carlos Cachefeiro, portavoz del AMPA.

A esta situación crítica se suma el estropeado aspecto visual del propio colegio, que algunos ya comparan con un cuadro de Banksy. “La fachada del colegio está prácticamente cubierta de pintadas. El Ayuntamiento se comprometió a eliminarlas antes del 16 de octubre y de momento todo sigue igual”, afirma este padre.

Estado actual de la Casa del Cura en la Plaza del Dos de Mayo

Estado actual de la Casa del Cura en la Plaza del Dos de Mayo / Fernando Mateos Frühbeck

Policía sí, pero a la hora indicada

En declaraciones a Hoy por Hoy Madrid, el concejal de Centro Carlos Segura ha asegurado que el Consistorio tiene previsto realizar una limpieza integral de la plaza antes de que finalice el mes de octubre. Asimismo, sostiene que patrullas de la policía municipal acuden diariamente a la hora de entrada y salida de los centros escolares del distrito para realizar un control, algo que desde el AMPA niegan.

“No ocurre. Habitualmente hay alguna dotación de la policía municipal, pero no está a la hora que lo necesitamos. Lo han constatado varios medios de comunicación que han acudido a esas horas a tomar imágenes”, continúa Cachefeiro.

Farola en la Plaza del Dos de Mayo

Farola en la Plaza del Dos de Mayo / Fernando Mateos Frühbeck

Malasaña, un barrio que viaja en el tiempo

La Plaza del Dos de Mayo no es un caso aislado, sino que la degradación se expande al resto de calles y sectores del barrio de Malasaña. Los comerciantes lamentan que se esté volviendo al estado de abandono que se encontraron cuando abrieron sus negocios hace varios lustros.

“Cuando abrí mi tienda en 2006 esto era una ciudad sin ley, con ruido y botellones por la noche. La situación fue mejorando poco a poco y hasta la pandemia estuvo muy bien. Ahora vuelve a estar como hace 17 años. Parecía que era algo que ya habíamos superado”, cuenta la propietaria de una tienda en la calle de San Andrés.

“Llevamos años denunciando esta situación. Vemos empleados municipales limpiando regularmente las calles, pero pensamos que esta no es la mejor solución. Hace falta una labor de concienciación y disuasión para que esto deje de suceder”, comenta Ricardo Saéz, presidente de la asociación de comerciantes Vive Malasaña.

Latas de cerveza acumuladas en la Plaza del Dos de Mayo

Latas de cerveza acumuladas en la Plaza del Dos de Mayo / Fernando Mateos Frühbeck

Tanto Saéz como Cachefeiro creen que el desorden viene provocado por personas ajenas al barrio, aunque el primero asegura que los turistas extranjeros le expresan frecuentemente su incredulidad con el aspecto de las calles. Por el contrario, comenta que “hay un turismo local de personas que vienen a hacer sus despedidas de soltero y arman una algarabía enorme. Cuando les llamas la atención se justifican diciendo que están en el Centro, pero nosotros no vemos esta suciedad en el Barrio de Las Letras o en las Salesas”.

De momento el Ayuntamiento de Madrid se ha comprometido a instalar cámaras de seguridad en el barrio en 2024. Sin embargo, tanto padres como comerciantes contemplan la medida con pesimismo ya que consideran que no resolverá el problema subyacente.

A pesar de todo, vecinos como Carlos no tienen pensado marcharse del lugar en el que quieren que crezcan sus hijos: “Lo único que me he planteado es pelear por un espacio que es de todos. Que un colegio esté limpio es educación y en este caso no estamos dando ejemplo como sociedad.”