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La COVID de las vacas ha acabado con la vida de 340 reses en la Comunidad de Madrid

Las organizaciones ganaderas reclaman ayudas a la administración ante el crecimiento de los casos de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica en la región

Entrevista a Alfredo Berrocal, presidente de UGAMA, sobre el crecimiento de los casos de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica en la región

Alcobendas

La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, conocida como ‘la COVID de las vacas’, ha matado a 340 reses en la Comunidad de Madrid, según los datos de Asaja, la asociación de jóvenes agricultores y ganaderos. La evolución de esta enfermedad bovina que transmite un pequeño mosquito y que no cuenta aún con una vacuna aprobada por la Unión Europea, tiene a los ganaderos preocupados y con miedo. Según la organización agraria UGAMA las pérdidas económicas en el sector habrían superado ya el millón de euros, y el 35% de las 1.500 explotaciones ganaderas madrileñas ya se habrían visto afectadas por la EHE.

Tanto Asaja como UGAMA llevan meses insistiendo en la necesidad de que las administraciones - tanto la Comunidad de Madrid como el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación - intensifiquen las medidas para ayudar a los ganaderos, tanto con las pérdidas materiales que ocasiona esta afección como por la extrema dificultad de erradicar la acción del mosquito que la ocasiona y los costes de los tratamientos veterinarios y preventivos.

Los ganaderos apuntan también a aquellas reses que no fallecen tras pasar la enfermedad, pero que sí provoca una factura física, un impedimento de su crecimiento, o incluso, desde Asaja, se habla de abortos y malformaciones en las hembras preñadas que caen enfermas. El presidente de UGAMA, Alfredo Berrocal, ha insistido que ya solicitaron hace semanas a la Comunidad de Madrid que se articulara una ayuda directa por todos estos efectos de la EHE, una solicitud, lamenta, que no ha sido atendida.

Las organizaciones ganaderas creen que es urgente incrementar la investigación en Europa, donde la enfermedad EHE apareció hace un año en Italia, luego pasó a España y ahora están apareciendo casos en Francia.

Desde la Comunidad de Madrid se ha puesto en marcha un servicio gratuito de detección a través de drones con cámaras térmicas que permite identificar a los animales enfermos en explotaciones extensivas. Una iniciativa que para Asaja es insuficiente ante las dimensiones y evolución de esta enfermedad, mientras que UGAMA cree que es “inútil” y que su coste podría haberse empleado en las necesidades reales del sector primario.