¿En qué punto está la investigación de las protestas ultras en Madrid? La policía detecta un incremento notable de la violencia y señala a grupos organizados
El dispositivo policial para proteger la sede federal del PSOE era de 320 agentes antidisturbios, pero hubo que pedir refuerzos
¿Quién está detrás de las organizaciones que se manifiestan en Ferraz?
La quinta noche de protestas frente a la sede federal del PSOE en la calle Ferraz fue más multitudinaria y más violenta que las anteriores. La Delegación del Gobierno en Madrid confirma que la manifestación no contaba con autorización para celebrarse porque nadie lo había pedido oficialmente y que en torno a 7.000 personas se echaron a las calles. Es casi el doble que el lunes, cuando se concentraron 3.800 personas, según los cálculos de la Policía Nacional.
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Desde el primer minuto de la manifestación, los ultras asumieron un papel protagonista al colocarse en primera línea de las vallas que protegían la sede del PSOE. Allí, decenas de radicales vestidos con estética ultra, encapuchados y con bengalas, entonaban cánticos habituales de la extrema derecha. Algunos, posaban orgullosos ante las cámaras haciendo el saludo nazi y uno de ellos llegó a clamar a voz en grito “Yo soy nazi”. La Brigada de Información de la Policía Nacional trata ahora de poner nombre a los rostros.
Se trata de radicales neofascistas, equipados para lucha urbana y perfectamente organizados. Fuentes conocedoras del dispositivo policial, describen una sensación de “guerrilla urbana” organizada. Por un lado, los cabecillas consiguieron trasladar a miles de personas desde el punto de origen de la protesta en la calle Ferraz hasta los alrededores del Congreso de los Diputados y hacer el camino inverso, una vez constatada la imposibilidad de acercarse a la sede de la soberanía popular. Por otro, el modus operandi de los radicales apunta a cierta organización: la separación en pequeños grupúsculos o la quema de contenedores y motos dificultan el trabajo de los agentes de la Policía Nacional desplegados.
Incremento de la violencia
Fuentes de la Delegación del Gobierno en Madrid reconocen que la Policía ha detectado un incremento notable en la violencia por parte de los radicales. Después de cuatro noches de protestas, había un dispositivo de seguridad importante, con 320 agentes de los antidisturbios desplegados en la zona. Y a pesar de ello, fue necesario solicitar refuerzos.
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“Se balancearon recursos” cuando los ultras se dirigieron en pocos minutos hacia el Congreso de los Diputados. Este operativo policial coincide con otro motivado por la celebración del Atlético de Madrid-Celtic de Glasglow, considerado –como todos los partidos de la Champions- un partido de alto riesgo. Cerca de 1.300 agentes supervisaban el desarrollo de la jornada deportiva en los alrededores del Metropolitano.
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Las protestas de la noche del martes se han saldado con la detención de seis personas y un menor identificado. Los agentes antidisturbios volvieron a utilizar pelotas de goma para tratar de dispersar a los violentos y, como el día anterior, se requirió también del uso de gases lacrimógenos.