Móstoles en el centro del desarrollo de combustibles sostenibles de aviación con un "hub" de Innovación Tecnológica

Móstoles

La Comunidad de Madrid impulsa el desarrollo de combustibles sostenibles de aviación con un nuevo hub de Innovación tecnológica. Para poner en marcha esta iniciativa se ha creado un consorcio, liderado por Repsol, desde su centro de innovación, Technology Lab, ubicado en Móstoles, además del centro de investigación de la Comunidad de Madrid, IMDEA Energía, también ubicado en la ciudad, la pyme tecnológica ARIEMA y la start-up EVOENZYME, un conjunto multidisciplinar de entidades con capacidades, experiencia y conocimiento adquiridos en proyectos anteriores como el Hub Madrid+Circular.

El nuevo proyecto Madrid Vuela Sostenible tiene como objetivo el desarrollo de tecnologías para la producción de combustibles sostenibles de aviación, además de favorecer la cultura de la cooperación público-privada entre los distintos agentes del ecosistema ciencia-tecnología empresa de la Comunidad de Madrid. El proyecto tendrá una duración prevista de tres años y una financiación de la Comunidad de Madrid de más de 3,7 millones de euros.

Los combustibles sostenibles de aviación suponen una reducción de emisiones de CO2 superior al 90%, en relación al combustible de aviación tradicional, en el caso de los producidos a partir de residuos, y hasta el 100% si se trata de combustibles sintéticos. Las medidas de la normativa ReFuelEU Aviation exigen el uso obligatorio por las compañías aéreas de un 2% de combustibles renovables en 2025, un 6% en 2030 y un 70% en 2050.

Repsol está impulsando los combustibles sostenibles como una solución efectiva para la reducción de emisiones, ya que representa la ruta más rápida para contribuir a su descarbonización para el sector de la aviación además la empresa se ha aliado con aerolíneas como Iberia, Ryanair y Vueling.

Por su parte, IMDEA Energía trabaja en varios proyectos con socios internacionales explorando nuevas rutas sostenibles de producción de combustibles sostenibles mediante la conversión de CO2 y diferentes tipos de residuos orgánicos urbanos, agrícolas e industriales y el uso de levaduras, estableciendo sinergias entre la biotecnología y la catálisis, así como analizando su sostenibilidad, teniendo en cuenta aspectos ambientales, económicos y sociales.