Preocupación entre los pediatras por el aumento de casos de tosferina
A mediados de febrero se detectaron mil casos en España, frente a los siete de hace un año
Entrevistamos al pediatra Iván Carabaño y al doctor Pablo Rojo por el aumento de casos de tosferina
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Fuenlabrada
Los pediatras ya saben que este año 2024 va a estar marcado por el peor brote de tosferina registrado en los últimos años.
“La tosferinano es una enfermedad del pasado, sino que sigue vigente en la actualidad. Su agente causal es una bacteria llamada Bordetella pertussis, que produce un toxina que afecta al epitelio respiratorio”, alerta el pediatra Iván Carabaño.
“Esta enfermedad se desarrolla en tres fases: catarral, que es muy inespecífica, paroxística, que es la más típica con la característica tos, y de convalecencia o ingreso”, señala. Se puede diagnosticar clínicamente o con una PCR.
“La tosferina es endémica a nivel mundial y se presenta normalmente con brotes epidémicos cada tres o cinco años. La aparición de brotes ocasionales de tosferina en países con elevados niveles de cobertura vacunal, como es el caso español, es un hecho conocido desde hace muchos años”, matiza Carabaño.
Por su parte, Pablo Rojo, experto en enfermedades infecciosas del ámbito infantil y miembro de la sección de Enfermedades Infecciosas Infantiles del Hospital 12 de Octubre, asegura que “una de las razones es que las vacunas de la tosferina garantizan una protección limitada en el tiempo. En España, la vacunación contra la tosferina incluye cuatro dosis, a los dos y cuatro meses y refuerzos a los once meses y seis años de edad, y confiere protección en los primeros años de vida frente a la tosferina grave. Sin embargo, el efecto protector de las vacunas va disminuyendo con el tiempo”.
La tosferina puede ser especialmente grave en los primeros tres meses de vida y en prematuros, “donde hay riesgo de desarrollar un cuadro de tosferina maligna es mayor. Este cuadro puede derivar en la aparición de hipertensión pulmonar, dificultad respiratoria, fallo multiorgánico…”.
“Lo mejor que podemos hacer por ellos es vacunar a las embarazadas entre las semanas 27-36, que protege a los recién nacidos durante los dos primeros meses de vida; y posteriormente, iniciar en el lactante la vacunación reglada”, recalca.
Aquí los datos son cruciales, asegura Carabaño, que apunta que los niveles de vacunación infantil son mayores del 95% en las tres dosis durante el primer año pero, en el caso de la vacunación durante el embarazo es apenas del 87,2 % en 2022.