De Getafe a China, la compañía de Antonio Gades conquista el país asiático con ‘Carmen’

Getafe

La compañía Antonio Gades, con sede en el teatro Federico García Lorca de Getafe desde hace 18 años, ha comenzado su primera gira por China este pasado 9 de mayo, con el espectáculo ‘Carmen’, creado por el propio Gades y Carlos Saura. Una gira, por 20 ciudades, aplazada en 2020 por la pandemia y que ahora, justo, ha comenzado en la ciudad de Wuhan, donde se inicio la enfermedad.

Desde allí María Esteve, hija de Gades y presidenta de la Fundación Antonio Gades y Eugenia Eiriz, directora general y viuda del coreógrafo, coordinan no sólo el espectáculo, sino diferentes actividades paralelas dirigidas a difundir al máximo la figura y legado del artista, cuando se cumplen 20 años de su muerte. Ambas han hablado con SER Madrid Sur para contarnos cómo trascurre la primera gira que realizan en China.

La compañía ya había actuado puntualmente en Pekín o Shanghái, pero nunca recorriendo tantas ciudades, muchas con tradición de danza y otras donde la danza y el flamenco nunca han llegado. “Vamos a ir a lugares donde hay cultura de teatro y a aquellos donde no llegan espectáculos de danza como éste. Y eso es lo más bonito, cada lugar es un regalo”, dice María Esteve entusiasmada.

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‘”Haciendo camino al andar”

Y es que ambas saben que están abriendo camino en un país muy especial. “Estamos haciendo camino al andar, aunque llevamos trabajando en la gira casi un año, negociaciones, un poco haciéndoles entender el por qué de tanto tiempo de ensayo…”, cuenta Eiriz, están más que satisfechas. Lo que están viviendo es “una China que ama a la danza, que está llena de danza, nos está sorprendiendo muchísimo”. Y esa sorpresa es reciproca, como demuestra la buena acogida de público que tiene el espectáculo. “China es una sorpresa en si, es un gran desconocido como país. Llegar a un lugar tan rico en cultura y conocimientos y abrir esta ventana a través de Gades, es maravilloso”, cuenta Esteve.

Ambas reconocen que la figura de Gades no es muy conocida en este país asiático y con la gira el público lo está descubriendo, a él, a su arte y a su forma especial de contar historias. “Gades es muy sencillo en decorados y vestuario, pero tiene un componente de luz muy importante que tiene que ser muy exacto. Esto para ellos es nuevo, pero lo están entendiendo muy bien”, dice Esteve.

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Y es que tal y como indica Eiriz, en la gira están llevando a Gades, a Saura, a nuestra cultura y a Getafe, “así que Madrid también está muy presente”. Es así no solo con el espectáculo de danza, sino también con las actividades paralelas que realizan, flashmob o charlas como la que ofrecieron hace unos días den la Universidad Tecnológica de Wuhan o la que protagonizarán la próxima semana en el Instituto Cervantes de Shanghái, ciudad en la que actuarán el 21 de este mes.

Papel de la danza

Las dos resaltan la importancia de la danza en China. Siempre que salen fuera de España comprueban la gran diferencia que suele haber con nuestro país a la hora de valorar este arte, por eso Eiriz afirma que en España la danza “no recibe institucionalmente el reconocimiento que merece. “Cuando vamos de gira, traemos el aire de nuestro país, nuestra cultura, la gente ve España y nos mira con cariño y admiración y lo hacemos de forma privada, es un esfuerzo muy grande y privado”.

La danza expresa quienes somos y por eso reivindican que promocione y cuide más desde las instituciones. “En España somos muy bailones, pero hay un momento en que dejamos de bailar, es como que la danza la apartamos, pero es importante recuperarlo porque es una conexión con las emociones”, dice Esteve.

La compañía volverá a finales de junio a España y ya para este verano tienen citas tan importantes como la Festival de Música y Danza de Granada, después estarán con Placido Domingo en Italia y harán las partes bailadas de la Carmen de Zeffirelli en Verona, entre otras citas interesantes, todas estas y más se pueden consultar en su web y redes sociales. De momento, su arte se concentra en una China que les está recibiendo con los brazos abiertos.