Misericordia: un templo madrileño para la música y el arte
'Misericordia The Club' es una vuelta a aquellos lugares en los que disfrutar de la noche era algo más que bailar o tomar copas. En su filosofía se incluye un espacio amplio para otras expresiones artísticas, como la pintura, la escultura o la joyería.
Misericordia The Club: un templo madrileño para la música y el arte
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Madrid
Imaginen por un momento que una noche cualquiera de fiesta en Madrid se encuentran, de repente, en un local en el que no solo se puede bailar y tomar unas copas, sino también compartir espacio con personajes conocidos, mientras contemplan obras artísticas de pintores o escultores de renombre. Así es 'Misericordia The Club', que recupera para la capital el espíritu de la mítica 'Studio 54', la discoteca neoyorkina frecuentada por personajes como Andy Warhol, John Travolta, Bette Davis, Elizabeth Taylor o Yves Saint Laurent.
'Misericordia' está el número 48 de la calle de Alberto Alcocer desde hace poco, aunque algunos ya habrán oído hablar de este club (o, incluso, puede que ya lo hayan visitado alguna vez), que anteriormente se encontraba en la céntrica calle del Cid. El nuevo Club mantiene su antigua filosofía, con sesiones de madrugada dedicadas a distintos estilos musicales, desde el flamenco a la música electrónica, pasando por los éxitos inmortales de los 70 y los 80.
El director creativo de 'Misericordia The Club', Teo Mariscal, ha asegurado en Hoy por Hoy Madrid que lo que se intenta es "volver a un momento en el que la noche no era algo totalmente frívolo, sino que la gente interactuaba mucho y el arte estaba siempre muy presente. Esto es algo que pasaba en Madrid hace años y, de repente, cambió todo y los locales se pintaron de negro y se centraron en un DJ. Creo que era necesaria esta vuelta".
Y ese espíritu permanece inalterado. De hecho, para acceder a 'Misericordia The Club' sigue siendo necesario estar en una lista, acudir por recomendación de algún conocido, o interesarse en contactar con alguien que te abra las puertas de este club-museo.
Arte by night
La zona de baile y copas del Club 'Misericordia' parece el gran salón de un palacete barroco, con molduras y yeserías doradas, y con paredes y techos donde, de repente, te puedes encontrar una obra de Rafael Alberti o Salvador Dalí, de Santiago Ydáñez, Xavier Mascaró o Domingo Zapata, entre otros. Hay también otras zonas en las que han intervenido algunos ilustres amigos del Club, como Fod (Francisco Olivares Díaz), Miguel Fructuoso o Miki Leal.
Y a esa galería de artistas acaba de sumarse también Suso33, figura internacional del grafiti y del arte urbano, que ha replicado en las paredes de 'Misericordia The Club' una versión del mural que pintó hace unos dos años en el East Village de Nueva York: figuras antropomorfas de distintos colores que, agrupadas sobre un fondo negro, representan el crisol de culturas que constituyen las grandes metrópolis, como Nueva York, o como Madrid.
Crisol y arte efímero
Esa intervención de Suso33, la última en incorporarse al club-museo 'Misericordia', representa también el crisol en el que se mezcla la diversidad de tipos y de personajes que frecuenta el local, donde la variedad y la singularidad de los propios clientes provoca instantáneas únicas de arte efímero. "Cuando vas a un local y te gusta el cuadro que estás viendo... porque casi es un cuadro... Muchas veces hay personajes muy curiosos. Hay gente muy guapa, sin que tengan que ser necesariamente guapos. Hay gente muy curiosa y muy interesante en un local nocturno. Y cuando existe eso, es cuando te gusta y te quedas. Y cuando, realmente, el ambiente es plano, no te interesa", asegura Teo Mariscal.
En Hoy por Hoy Madrid, Suso33 ha dicho que, en su intervención de 'Misericordia The Club', "hay alguna sorpresa, como pequeñas intervenciones que hay que descubrir. Por ejemplo, justo en la salida hay varias paredes que parece que no hay nada pero, si te fijas, o haces una foto con la cámara, de repente se puede desvelar un paisaje que, aparentemente, a simple vista no se ve. A mí me gusta jugar con la distancia, la perspectiva, el cerca y el lejos. Y en este espacio ha sido también interesante trabajar, porque siempre me he sentido muy vinculado con la música. Para mí pintar es como danzar, porque soy ambidiestro y pinto con las dos manos. Y al final es como cuando bailas, que no puedes pensar mucho qué pie vas a mover. Pues yo, al pintar, utilizo las dos manos".
Carlos Cala
Empieza en la radio en 1992, en la emisora de la Cadena SER en Morón de la Frontera, trabajo que simultanea...