Sociedad

409 personas murieron en Madrid por causas atribuibles al calor en 2023: "Falta adaptación ante las altas temperaturas"

Un informe de Greenpeace advierte de la necesidad de refugios climáticos y vegetación en una ciudad con un 27 por ciento de espacios verdes, justo en el límite de lo recomendado por la OMS

Un hombre bebe agua en una fuente pública del centro de Madrid,. / Anita de Chirico (EFE)

Madrid

Con un informe de "Adaptación en las ciudades al calor extremo: Protección frente a los impactos en la salud", desde Greenpeace denuncian que la provincia de Madrid se encuentra en el límite del umbral de adaptación de su población al calor. Elvira Jiménez es la responsable de la campaña de adaptación de municipios a los eventos meteorológicos y portavoz: "Hemos analizado los planes de adaptación de 15 ciudades españolas, entre ellas de la ciudad de Madrid, para valorar cuáles son las medidas que tienen planteadas en estos planes y si son las adecuadas al nivel de urgencia y ambición necesarias debido a la crisis climática. En el caso del Ayuntamiento de Madrid se encuentran carencias en algunas de las medidas esenciales. La primera de ellas es el establecimiento de refugios climáticos, una medida de las más fáciles de implementar y con mejor impacto a corto plazo".

Entre las medidas propuestas por la ONG destacan "habilitar espacios públicos accesibles de forma gratuita donde las personas puedan encontrar resguardo a las altas temperaturas, puntos de descanso e hidratación". Además, explican que tiene que ser una red que se extienda por todo el municipio y que sea "accesible a todos los barrios". Otra de las medidas esenciales para poder adaptar las ciudades, dicen, es "renaturalizarlas" para que sean ciudades más verdes, dado "que la vegetación, aparte de disminuir la temperatura y amortiguar el efecto de isla de calor urbana, aporta muchos más beneficios como por ejemplo limpiar el aire o aportar bienestar que mejora la salud física y mental de las personas".

Las medidas implantadas en Madrid para hacer frente al calor son insuficientes según este informe de Greenpeace, que advierte también de que la temperatura máxima de la capital está por encima de los umbrales recomendados, y -por tanto- tiene efectos negativos en la salud. Además, aseguran, la ciudad tiene un 27 por ciento de espacios verdes, una cifra que se encuentra justo en el límite de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

Apuntan que "lo que estamos viendo en estos últimos años en el Ayuntamiento de Madrid es precisamente una política que va en la dirección contraria" y que "se están eliminando y talando árboles en muchos de los barrios y nos está implementando una medida para poder aumentar esta cobertura vegetal de forma homogénea en todos los barrios y con unos objetivos claros". "Esto es una de las grandes asignaturas pendientes del Ayuntamiento de Madrid", asegura Elvira.

También afirman que falta "un plan de sombras que se identifique la carencia de estos puntos de sombra, especialmente en entornos donde se concentra la población más vulnerable, como por ejemplo centros escolares, centros sanitarios, centros sociales, para mejorar la sombra en estos espacios y combinarlo con un mapa de desplazamientos confortables para que las personas puedan transitar por la ciudad y ,especialmente, a estos puntos de forma segura y a resguardo del calor con sombra, pero también con puntos de descanso y de hidratación".

Refugios climáticos equitativos

Por último, avisan de que "la adaptación tiene que ser una medida equitativa para todas las personas y esto también es algo que en la ciudad de Madrid está faltando en su plan de adaptación y es ese foco social para que todas las personas, independientemente del barrio donde vivan, de su condición sanitaria, de sus condiciones socioeconómicas, puedan tener acceso a los beneficios de todas las medidas de adaptación y especialmente proteger a las personas más vulnerables, pues por ejemplo, dotando de ayudas para la reforma de las viviendas para que sean más adecuadas, luchar contra la pobreza energética o reforzando los servicios públicos de cuidados y sanitarios para que las personas más vulnerables, especialmente en momentos de calor extremo, no vean que esa desigualdad acreciente aún más su riesgo".

Plaza Felipe II, una "isla de calor"

Greenpeace desplegaba el pasado miércoles 10 de julio, en la plaza Felipe II de Madrid, una pancarta para denunciar lo que está sucediendo en los municipios españoles en general y en Madrid en particular. Lo ponían en evidencia en esta "isla de calor" que, dicen, no está adaptada al calor extremo, con una pancarta en la que se leía: "Peligro, plaza no adaptada al calor extremo". Con el cambio climático las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas y miles de personas mueren cada año, incluido en España, debido al calor extremo. En Madrid, en el año 2023, fallecieron 409 personas, esto es, 194 defunciones por cada 100.000 habitantes; siendo la Comunidad con la tasa de mortalidad más alta atribuible al exceso del calor, según datos del Ministerio de Sanidad.

Elvira Jiménez lo ejemplifica con esta plaza de Felipe II porque dice "es un ejemplo claro de mala adaptación al cambio climático. Se trata de una superficie muy extensa de hormigón, carente de sombras en las cuales las personas no pueden transitar al resguardo del calor. De hecho, estuvimos tomando mediciones de temperatura y vimos cómo la temperatura superaba los 43 grados centígrados cuando la alerta por calor en la salud de las personas se sitúa en la ciudad de Madrid en 35,9 grados. Por lo tanto, transitar por esa plaza en el día en el que estábamos situando la pancarta era un claro riesgo para la salud", concluyó.