El nuevo edificio de protonterapia del Hospital de Fuenlabrada estará terminado el verano de 2025
Las obras, con una inversión de más de 11 millones de euros, han comenzado esta misma semana
Entrevistamos a Alfonso López, Jefe del Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del Hospital fuenlabreño
Fuenlabrada
La Comunidad de Madrid ha comenzado esta semana las obras del nuevo edificio del Hospital Universitario de Fuenlabrada que albergará el equipo de protonterapia (radioterapia de última generación) donado por la Fundación Amancio Ortega.
Fátima Matute, consejera de Sanidad, ha visitado estos trabajos que durarán un año y tienen un presupuesto de algo más de 11 millones de euro; coinciden además con el vigésimo aniversario del centro.
Cuando el equipo entre en funcionamiento (a principios de 2027), solo otro hospital madrileño (La Paz) contará con esta tecnología, así que el centro fuenlabreño se convertirá en referencia en tratamientos oncológicos para la mitad de los madrileños (ya lo es para la población de Fuenlabrada, Móstoles o Alcorcón) pero también para pacientes de otras regiones.
No es el único equipo donado al hospital fuenlabreño por la fundación del empresario gallego.
El nuevo edificio tendrá dos plantas, con algo más de 2.000 metros cuadrados de superficie, pero las propias características del equipo (50 toneladas de peso, funciona a la temperatura del helio líquido, un brazo articulado de ocho metros y con la emisión de neutrones rápidos) hace que se necesiten, por ejemplo, paredes hormigón de tres metros de grosor.
“Es tecnología punta actualmente”, ha resumido Alfonso López, Jefe del Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del Hospital fuenlabreño.
Todo ello por un motivo principal: la protonterapia permite concentrar mejor la dosis de radiación en el tumor, reduciendo la afección a los órganos sanos de alrededor, pero además también se puede regular la profundidad de la emisión.
Esto será especialmente útil para los pacientes pediátricos o para aquellos que sufren tumores cerca de órganos muy sensibles.
Cuando esta máquina esté a pleno rendimiento podría tratar unos 300 pacientes al año.