75 días de media para morir, el plazo para recibir la eutanasia en España
Un tercio de las personas que solicitan la ayuda para morir no finalizan el proceso. Son datos de la Asociación Derecho a Morir Dignamente
Madrid
El perfil del solicitante de la ayuda a morir es el de una persona de entre 60 y 80 años, con enfermedades graves de tipo neurológico u oncológico. Un tercio falleció antes de resolverse su solicitud de eutanasia, mientras que el número de personas que cambian de opinión o que piden un aplazamiento de la prestación, es mínimo. La Asociación Derecho a Morir Dignamente denuncia que la duración media del procedimiento es de 75 días, cuando la ley marca 35, al tiempo que lamenta casos en los que el tratamiento administrativo es "cruel".
"La muerte está ahí. Conviene que de vez en cuando pensemos en ella". Así reflexiona el doctor Fernando Marín, presidente de la Asociación Derecho a Morir Dignamente. La eutanasia vuelve a ponerse encima de la mesa con el caso de la joven de 23 años en Barcelona, la cual sufre una lesión medular grave como consecuencia de un intento de suicidio en 2022. La magistrada ha decidido mantener el veto a la eutanasia, paralizando el proceso en el último momento a petición de su padre, representado por Abogados Cristianos, que mantiene que la joven sufre una enfermedad mental y que esto podría afectar a su capacidad de decisión.
En tres años de ley se producen situaciones inéditas
"Alguien puede pensar que esta chica de 23 años es muy joven para la idea que tenemos de la eutanasia"- en palabras del presidente- esto es una dificultad añadida que te da una idea de la complejidad de una decisión que "no se toma en un día". De hecho, añade, que en este caso, esta solicitud lleva, "como mínimo 6 o 7 semanas de tramitación, porque requiere de dos instancias; la primera que se gestiona en un plazo de 15 días y la segunda otros 15 días que pueden ser más si el médico responsable considera que hace falta la intervención de más profesionales."
Desde la Asociación Derecho a Morir Dignamente apuntan que hay "una falta de transparencia en los datos y que hay enormes diferencias en función de cada autonomía, que son quienes tienen la competencia en este sentido". También desconocen, cuáles son los protocolos a seguir cuando llega a los centros de referencia una solicitud de eutanasia y cómo se responde a esta situación. Ponen de relieve el laberinto burocrático al que se ven sometidos los solicitantes y las importantes desigualdades entre Comunidades Autónomas, hasta el punto de que algunas de ellas registran hasta diez veces más de resoluciones.
"Las personas que apoyamos la Ley de Eutanasia entendemos que es un derecho el que podamos ejercer nuestra autonomía, no solo que nos seden sino que libremente elijamos y se nos aplique la ley como corresponde". En 2023, 34 madrileños ejercieron su derecho. Las peticiones de eutanasia han aumentado un 25% en el último año y la ayuda a morir dignamente se ha realizado en el 40% de los casos.