"Siento que mis hijos no me quieren": el llanto desolador de Rosario, víctima de la soledad no deseada
Tiene 84 años y es una de las 276.000 personas mayores que viven solas en la Comunidad de Madrid
La soledad no deseada: 'Me siento sola rodeada de mucha gente'
Rosario tiene 84 años y desde hace 24 vive sola. Su marido falleció en 1994 y su vida cambió por completo. Desde entonces han pasado muchos acontecimientos en su vida, el desapego de dos de sus hijos, que no quieren saber nada de ella, la pérdida de su marido o la pandemia. "Cuando estoy sola me pongo triste, porque ya llevo mucho vivido", cuenta sin soltarnos la mano. Rosario es una de las más de 276.000 personas mayores que viven solas en la región, y en agosto apenas recibe visitas, si no es la trabajadora municipal del servicio de ayuda a domicilio.
Rosario representa el perfil que más predomina dentro de la Fundación Grandes Amigos. Una organización que pone en contacto a mayores que buscan compañía, con voluntarios que quieren dedicar su tiempo a los mayores. José Ángel Palacios, es el director y hace hincapié "en que todos seremos mayores algún día". El perfil que predomina dentro de la organización es similar al de Rosario: mujer de más de 84 años, que vive sola, aunque no necesita andador ni silla de ruedas para caminar. "Aunque sí un bastón" nos dice entre risas la protagonista, pero "vivo en un segundo sin ascensor y subo todos los días más de 20 escalones, que se dice pronto". Subsiste con una pensión baja y fue derivada a Grandes Amigos por un recurso público desde el Ayuntamiento de Madrid.
Llevaba sin salir de Madrid desde 1976
Rosario llegó al equipo de Grandes Amigos de San Blas en octubre de 2020, tras lo peor de la pandemia. En la actualidad, cuenta, desde hace 4 años, con el apoyo de una voluntaria, Inés, que le llama por teléfono y visita todas las semanas. "Es mi niña. cuando me llama, me alegra el día".
Pero desde este fin de semana se ha forjado una nueva amistad que según hemos podido comprobar, durará mucho tiempo. "Celeste que es de Venezuela y otra de las voluntarias me acompañó a San Lorenzo del Escorial". Este viaje está organizado por la Fundación en una iniciativa que se llama "Vacaciones de verano", donde voluntarios y mayores pueden disfrutar de una escapada para fomentar el ocio y la socialización. De esta forma, nos cuenta Palacios, "todas las participantes se lo pasan bien y se conocen. Además Grandes Amigos se hace cargo de todos los gastos".
Celeste, lleva unos años viviendo en Madrid. "No conocía a nadie y desde que entré en Grandes Amigos, tengo esas raíces que me arrebataron al salir de mi país, gracias a ella, me siento una más de la ciudad". Habla de Rosario con una gran sonrisa "me enseña muchas cosas y la verdad que el trabajo es fácil, a veces solo necesitas que te escuchen". Le pedimos que nos contase algo de este fin de semana y Rosario lo tiene claro "me lo he pasado genial, he conocido a mucha gente y he ganado todas las partidas de cartas. Mira hasta he bailado "requetón", la Karol G", tercia Rosa provocando carcajadas.
"Tengo la sensación de que mis hijos no me quieren"
"Al principio de la entrevista no quería hablar de mis hijos, pero al final, no dejo de darle al coco para saber qué he hecho mal, para que esta tristeza me invada de esta manera siendo tan mayor" asegura con tristeza y es que "mis recuerdos no son pocos". Nació en plena época del franquismo en Zaragoza, "con dos años me mudé a Toledo y vivía detrás de la Catedral, y con 15 llegué a Madrid, a esta ciudad, al barrio de San Blas y allí sigo, luchando".
Su hijo pequeño "es el único que me visita". Vamos a por él al centro donde vive y cada día me trae un regalo. "La última vez fue un bolso que me pongo siempre para venir al centro de día. El otro día me llamo y me dijo: mamá ¿y si te compro un reloj?" No podía evitar esas lágrimas mirando su viejo reloj de madera, descorchado por el paso de los años. ¡Qué paradoja!
Su día a día
"Me levantó a las cinco de la mañana, me tomo un café y me vuelvo a acostar. Pero claro, es que me acuesto a las seis de la tarde". A las nueve y cuarto un coche va a recogerla y la trae al Centro de Día Pablo Casals, ubicado en su barrio. Aquí se relaciona con todos los usuarios y usuarias pero "no hago gimnasia, que no me gusta mucho, a mi lo que se me da bien es jugar a las cartas".
Un estudio de la Comunidad de Madrid y el Colegio de Psicólogos, vuelve a poner el foco en que este problema, el de la soledad no deseada, se agravará en los próximos años. España será el país más envejecido del mundo en 2050 y Madrid una de las tres regiones con más población mayor del país. "Por eso yo intento siempre animar a que la gente empiece a hablar en primera persona como mayor en potencia. Por desgracia, todos viviremos la soledad en algún momento de nuestra vida", apostilla José Ángel Palacios, portavoz de Grandes Amigos.
Celeste, aconseja como antídoto contra la soledad no deseada "ser más humanos". Y desde la Fundación aconseja como antídoto contra la soledad no deseada fomentar en la capital las relaciones vecinales, como la que han tejido, Inés, Rosario y Celeste, que se deshacen en elogios. "Es una mujer muy buena, somos amigas, nos contamos todo. ¡Lo único que no quiero es que se case", dice Rosario de su amiga Venezolana. "Me encanta verla con una sonrisa y yo solo quiero que se quede con lo bueno, que tiene mucha gente a su alrededor que la quiere mucho y que cuando la llamo tan solo con su saludo, me alegra el día", afirma la voluntaria.
Nos despedimos, intercambiando los números, Rosario, aquí tienes una nueva amiga. No dudes que te llamaré.