Hallan restos humanos y animales de hace 26.000 años en las obras de vivienda municipal del barrio madrileño de Méndez Álvaro
Un plan de viviendas municipal saca a la luz un asentamiento nómada del Pleistoceno único en la Meseta Central. Nunca antes se había dado tal intensidad de huellas e industria lítica en un lugar al aire libre
Yacimiento del Pleistoceno en Madrid
Madrid
Ya está colmatado y los arqueólogos tienen fecha para dejar el yacimiento porque el Plan de vivienda municipal en Méndez Álvaro tiene que seguir adelante. En una nueva ocasión obras y arqueólogos coinciden en una noticia. Pero es que así ha sido. El subsuelo de esa zona está declarado BIC, Bien de Interés Cultural y está documentado que en otras parcelas como ésta se encontraron restos parecidos pero no con tanta intensidad. El problema es que en ese lugar se proyecta construir el lote cinco del Plan municipal de Alquiler Asequible, promovido por Bankinter donde se han invertido más de 1.000 millones de euros.
Sin embargo, existe una protocolo para estas ocasiones. A lo promotores. se les informa que deben llevarse a cabo muestreos y sondeos previos con el fin de documentar la existencia de restos. Estos estudios dieron con ellos el año pasado, y en marzo de 2024 comenzaron a trabajar en una superficie de dos mil metros cuadrados, ahora ya, casi al final de las excavaciones apenas los científicos estudian en una superficie de 20 metros cuadrados.
Huellas de équidos , un rinoceronte y un dron
Hace 26.000 años, el denominado "paleo-relieve" de la zona era la confluencia de varios caminos fluviales. El Arroyo Carcabón, junto al cual se encuentra el yacimiento, y el Arroyo Abroñigal, - por encima se construyó hace cerca cincuenta años la M-30, el primer cinturón de Madrid. Ambos son afluentes del Manzanares. Era una zona que se inundaba por las crecidas del río y a la que se acercaban los animales a beber. Al haber animales y agua, también hubo humanos construyendo herramientas, ya que los arqueólogos se han encontrado con sus huellas e industria lítica, además de las huellas de los herbívoros y un rinoceronte. Es un asentamiento único en su género, según cuenta Pilar Oñate, una de las directoras de la excavación : "En el centro de la península no se conoce. Hasta ahora, sólo se conocía en la cornisa cantábrica y generalmente en ámbitos de cueva y abrigos. Este es el primero en la península y además al aire libre".
Para ser capaces de acreditar todo ello, ha sido imprescindible la colaboración de por lo menos un equipo de treinta personas, entre ellas dos geólogos, diez técnicos, paleontólogos, y restauradores. Incluso se ha echado mano del vuelo de un dron para tomar fotografía aérea y ser capaces dimensionar las singularidad del sitio, tener fotografía en tres dimensiones del lugar,
"Nosotros no paramos las obras"
"Los restos arqueológicos no paralizan nada", afirma rotundo Juan Sanguino, el otro co-director del yacimiento, "¡el plan de vivienda se está construyendo sobre restos arqueológicos que llevan ahí 26.000 años! Igual el Ayuntamiento se debería haber planteado dejar como reserva arqueológica esta parcela para poder haber investigado en el futuro. Nosotros no somos los responsables de retrasar las obras, venimos a rescatar unos restos arqueológicos que habla de nosotros y que explican quienes somos. Están primero los restos, que la obra".
Estos dos arqueólogos escribirán en su informe que se tenga en cuenta en el futuro, que en el parque infantil que se encuentra justo enfrente de este plan de viviendas/yacimiento podría, con toda seguridad, seguir habiendo tantos restos igual de singulares como los que han encontrado y documentado en esta ocasión .
Myriam Soto
Redactora de Radio Madrid