La depresión afecta a nuestra piel

Fuenlabrada

La salud de la piel es uno de los aspectos más complejos del sistema humano porque se ve afectada por diferentes factores internos y externos; “hay un tema fascinante y cada vez más estudiado, la conexión entre la piel, la ansiedad y la depresión”, explica Juanjo Andrés Lencina, dermatólogo y director médico de Laboratorios Ozoaqua.

Lencina empieza recordando el llamado “eje intestino-cerebro-piel”.

“Es una conexión bidireccional entre estos tres sistemas. El intestino, a través de su microbiota, produce neurotransmisores y moléculas que pueden influir en el cerebro, afectando nuestra salud mental, y a su vez, el cerebro puede influir en la piel a través de la liberación de hormonas del estrés. De hecho, en condiciones como el acné, la psoriasis o la dermatitis atópica, vemos cómo el estrés y la ansiedad pueden empeorar los síntomas, mientras que una microbiota intestinal desequilibrada también puede influir en la inflamación y la barrera cutánea”, resume.

En este equilibrio la salud mental es crucial. “La ansiedad y la depresión afectan la piel de varias formas. Por un lado, aumentan la liberación de cortisol, que es la hormona del estrés, y esto puede alterar la barrera cutánea, aumentar la producción de sebo y favorecer procesos inflamatorios. Esto explica por qué personas con altos niveles de estrés tienen más tendencia a sufrir acné, psoriasis o eccema. Además, la ansiedad puede llevar a hábitos como rascarse o frotarse la piel de forma compulsiva, lo que agrava aún más estas condiciones”, asegura el dermatólogo.

Entra en juego otro elemento, la microbiota. “La microbiota intestinal juega un papel clave en el eje intestino-cerebro-piel. Un desequilibrio en la microbiota, lo que llamamos disbiosis, puede aumentar la inflamación en todo el cuerpo y afectar la producción de moléculas que regulan la barrera cutánea. Además, un intestino sano produce neurotransmisores como la serotonina, que no solo influyen en nuestro estado de ánimo, sino que también tienen un impacto indirecto en la salud de la piel. Por eso, cuidar nuestra microbiota intestinal puede tener beneficios tanto para nuestra salud mental como dermatológica”, señala Lencina.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Entre las recomendaciones podrías dar para cuidar la piel cuando se lidia con ansiedad o depresión cree que hay que ““abordar el problema de forma integral. En cuanto al cuidado de la piel, recomiendo usar productos que fortalezcan la barrera cutánea, como aquellos con ceramidas y aceites ozonizados, que tienen propiedades antiinflamatorias y reparadoras. Además, mantener una rutina de autocuidado puede ser terapéutico, ya que no solo mejora la piel, sino que también reduce el estrés. Desde el punto de vista interno, una dieta rica en prebióticos y probióticos es clave para mantener una microbiota equilibrada. Y, por supuesto, buscar apoyo profesional para gestionar la ansiedad y la depresión también es fundamental”.

“La clave está en un enfoque holístico. Cuidar de nuestra piel no es solo aplicarnos cremas, sino también prestar atención a nuestra alimentación, al manejo del estrés y a nuestra salud mental. Incorporar técnicas como la meditación o el yoga puede ser muy beneficioso. Además, tener una rutina de sueño adecuada y evitar hábitos como el alcohol o el tabaco también marcará una gran diferencia. Y, como siempre, consultar a especialistas, tanto dermatólogos como psicólogos o nutricionistas, puede ayudarnos a encontrar el mejor camino para cuidar de nosotros mismos”, concluye.