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Los voluntarios, anónimos cooperadores fundamentales de las carreras

Hablamos con un grupo de voluntarios que colaboró en la Gran Carrera del Mediterráneo y en la Media Maratón de Alicante

Los protagonistas del avituallamiento, en Alicante Corre

Aunque es cierto que los corredores son agradecidos con los voluntarios que les ofrecen agua, geles o bebidas isotónicas en las carreras, la labor de estas personas es, quizás, la más ingrata entre las de los diferentes colectivos que hacen posible que se lleven a cabo las carreras populares. Sin embargo, su trabajo es fundamental aunque, en gran medida, formen parte de esa cara oculta o de la tramoya de este tipo de eventos: y da igual las distancias, desde las carreras de 5 kilómetros a los ultra maratones, o el número de participantes.

Para reconocer ese trabajo, hemos charlado con un grupo de ellos; formaban parte del equipo de 'aguadores' que se situaron en el kilómetro 5 de la Gran Carrera del Mediterráneo y en el de la Media Maratón 'Aguas de Alicante'. En Alicante Corre nos han acompañado Julián Marcilla, Pedro Moreno, Reme Pedreño, Tere Espinosa y Víctor Martínez, en representación de las 15 personas que trabajaban en ese punto de avituallamiento. Como curiosidad y diferencia de otros voluntarios, en este caso, ninguno de ellos es corredor y el único que se lo plantea, con ciertas dudas, es Pedro.

Equipo de voluntarios del avituallamiento del kilómetro 5

Equipo de voluntarios del avituallamiento del kilómetro 5 / Cadena SER

Todos ellos reconocen que se lo tomaron como una fiesta, aunque no sabían exactamente lo que se les venía encima. Y es que el del kilómetro cinco, de una media maratón, suele ser el avituallamiento en el que los corredores se encuentran más apelotonados. Pese a ello, fueron capaces de idear un sistema para agilizar el reparto de las botellas.

Recogida de las botellas tras el paso de los corredores

Recogida de las botellas tras el paso de los corredores / Cadena SER

Unas botellas, por otra parte, cuando ya han pasado todos los participantes, hay que recoger. Todas y cada una de ellas, la mayoría casi llenas, distantes cientos de metros unas de otras, todas deben ser retiradas. Y ese también fue su trabajo, el que no ven los corredores, pero que si tienen en cuenta los organizadores.

Esa fue la parte más dura de las tareas que tenían encomendadas. No obstante, todos ellos aseguran que se lo pasaron tan bien que con total seguridad volverán a repetir.