El Museo Arqueológico de Elda: un gran tesoro por descubrir
A pesar de llevar 39 años abierto, sigue siendo una incógnita para gran parte de la población eldense

El Museo Arqueológico de Elda: tesoro que no muchos conocen / Radio Elda

Elda
Elda posee un Museo Arqueológico desde hace casi 40 años que para muchos eldenses, niños y adultos, todavía es un gran misterio por descubrir. En consecuencia, la visita a la localización no es muy habitual, el horario de apertura no es muy amplio y la colección queda obscurecida ante la ignorancia de su existencia. Sin embargo, el museo cuenta con piezas únicas a nivel internacional y nacional, hallazgos que solo se pueden ver en la ciudad. Entre estas destacarían: la lampadaria y la sandalia de esparto romanas, la sirena ibérica, parte del arco de una gran puerta islámica, así como cerámicas sagradas, el sello de la virgen o el sarcófago de Jonás de colecciones paleocristianas.
Antonio Poveda, director del museo, explica que lo que Elda tiene “son materiales muy difíciles de encontrar. A lo mejor vas a Andalucía y hay mucho material islámico pero poco romano, y en otro vas y hay mucho romano pero poco visigodo. Elda tiene la suerte que desde el neolítico hasta el siglo XVIII tiene materiales excepcionales”.
El momento de mayor apogeo del museo corresponde a las décadas de los 80 y 90, cerca su apertura, cuando contaba con mayor cantidad de personal y financiación, además de ser la etapa de mayor actividad arqueológica en la ciudad de Elda. Hasta el año 1980, el Centro Excursionista Eldense habría colaborado en la exposición de piezas antiguas, así como el propio Museo Arqueológico desde el año 1983 hasta el 2009, que convirtió al museo en una de las exposiciones principales de la provincia de Alicante.
En la actualidad, el museo solo cuenta con un arqueólogo, Antonio Poveda, el ya nombrado director del museo, y un solo conserje; pero las colecciones quedan al amparo de la visita de todos los curiosos de la historia.
La sirena ibérica del Monastil y otras piezas
Proveniente de la cultura ibérica de claro signo heleno, se puede disfrutar de una escultura en piedra con forma de sirena, con cuerpo de alas pegadas y cola de plumas, a la que le falta la cabeza y las garras. Se piensa que se realizó en un taller de la ciudad ibérica de Elche. Solamente se puede encontrar unas tres piezas similares en todo el país. Esta pieza estuvo expuesta en el Museo Arqueológico Provincial de Alicante: MARQ en la exposición “Elda, arqueología y museo” en el año 2008.
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Poveda, sobre la sirena ibérica
Por otro lado, se pueden encontrar, de esta época ibérica eldense, relieves de una cabeza de toro o de una divinidad cornamentada bailando delante de un caballo, muy desgastados por el paso del tiempo y por su utilización en diferentes estructuras del Monastil; u otros animales mitológicos se encontraban en las estructuras de la necrópolis del Monastil, ubicación todavía sin localizar.
Es importante resaltar la tradición alfarera de la Idella del momento, puesto que sorprende poder observar tras las vitrinas del museo cerámicas, fabricadas algunas de ellas en el horno del Monastil, que son verdaderas obras de artes donde se representa toda la fauna y flora de la época. En una de estas cerámicas se puede encontrar el árbol de la vida entre dos divinidades el bien y el mal.
La sandalia de esparto y la lampadaria romanas
De interés internacional fue la sandalia de esparto, puesto que desde Miami se analizó en carbono 14 la suela y se restauró la pieza. Se dató de los años IV y V d.C. Últimos siglos del Imperio Romano antes de su final caída.
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Poveda, sobre la suela romana
Por otro lado, la lampadaria o lámpara de techo romana, ha tenido gran interés de Florencia (Italia) para una exposición de grandes luminarias etruscas y romanas. Valorada en 150.000 euros, su excepcionalidad radica en el tamaño y forma: se cree que colgaría del techo de un gran salón.
El sello de la virgen y el sarcófago de Jonás paleocristianos
El sello de la virgen es una pieza única. Lo que conservamos es una parte de un sello para marcar las hostias consagradas con las siglas BVM (Beata Virgo María), en referencia a la Virgen María. Gracias a esto, conocemos que en la zona ya había culto a la Virgen María, que el Monastil tendría la primera iglesia con culto a la virgen conocida en Elda.
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Poveda, sobre el sello de la virgen
La pieza clave de la etapa paleocristiana es el sarcófago de Jonás, una pieza cuyo mármol está desgraciadamente partido que posee 2 relieves de la historia de Jonás. Por un lado, un miembro del navío en el que viajan empuja a Jonás por la borda debido a que no puede poner en peligro a la tripulación; ya que el gran cetáceo, el monstruo marino, pretende engullir a Jonás durante una peligrosa tormenta. Por otro lado, la pieza en esa instancia se parte y deja ver parte del monstruo, pero no sabemos lo que falta. Conocemos el final de la historia por otras piezas de origen italiano (mosaicos y otros relieves) y sabemos que Jonás es vomitado; una resurrección que lo hace subir al cielo. Una alegoría de la vida cristiana.
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Poveda, sobre el sarcófago de Jonás
El arco, las cerámicas islámicas
Sobre el arte islámico, el Museo Arqueológico posee parte del arco de una gran puerta islámica que apareció en los yacimientos de la Plaza de Arriba. Desde Italia también se tiene interés de investigación gratuita del cementerio islámico de la plaza, de los objetos que posee el museo y los cuerpos encontrados que datan de los s. XI-XII.
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Poveda, sobre los arcos islámicos
En cuanto a las cerámicas, se habla de ánforas sagradas que contenían agua, muy importante para la cultura islámica, puesto que era usada para purificarse antes de rezar 5 veces al día.
A partir de la época medieval cristiana, así como de los siglos de oro, se pueden encontrar objetos cuyo valor histórico se relaciona con la familia Coloma y Corella, tan representativas de la ciudad de Elda.
Poveda pide “más inversión al ayuntamiento para que el museo pueda estar activos todos los días y sea rentable para la población eldense y sus visitantes”. Además, el director del Museo Arqueológico reclama que “el museo no está en el mapa”, lo que puede complicar que tanto los visitantes como los habitantes de la población conozcan su emplazamiento. (LINK)




