Un cúmulo de deficiencias en la construcción y la falta de revisiones provocaron el derrumbe del edificio en Peñíscola

València

Se cumple un año del derrumbe de parte de un edificio en Peñíscola en el que murieron una mujer y un chico de 15 años y en el que resultó herido grave otro joven de 26 años. Una suma de deficiencias y errores en la estructura del bloque fueron las causantes de este derrumbe, según el informe de la Conselleria de Vivienda, que concluye que no se respetaron los criterios establecidos en el proyecto de construcción de este edificio.

En el siniestro quedaron atrapadas tres personas de una misma unidad familiar: una pareja que residía en un apartamento con sus respectivos hijos. De ellos, los bomberos consiguieron localizar con vida al hijo de la mujer, mientras que esta y el hijo de su pareja murieron atrapados por los escombros. El director general de rehabilitación, Alberto Rubio, confirma en la SER que los técnicos detectaron varios factores que contribuyeron a que el edificio no aguantara.

El principal motivo es que la ejecución de la obra se alejó del proyecto de construcción. Los ladrillos que se usaron para sostener la estructura eran de peor calidad que los indicados en ese proyecto, los cimientos eran demasiado finos y la cámara sanitaria, que separa el suelo de las zonas habitables, estaba llena de humedades y rebajó hasta un 40 por ciento la capacidad de los muros de carga.

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Estas cámaras sanitarias tenían en una zona del edificio un tamaño muy amplio ya que la construcción se asentaba sobre una ladera y estos espacios garantizaban la planeidad de la construcción. Sin embargo, no tenían ventilación natural y no estaban construidas conforme se indicaba en el proyecto de construcción. Una suma de deficiencias que, explica, provocaron el derrumbe.

La importancia de las revisiones

Rubio no entra, eso sí, a valorar quién tuvo la culpa, ya que eso corresponde a la investigación judicial que todavía sigue abierta un año después. El edificio tenía unos 30 años y el director general de Rehabilitación revela que, con una simple revisión rutinaria de ese edificio, se podría haber evitado el derrumbe. Por eso insiste que es muy recomendable vigilar las estructuras de todos los edificios de la Comunitat Valenciana, aunque no sea obligatorio para los de menos de 50 años.

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La parte del edificio que se derrumbó pertenecía a un bloque más amplio. En total, 36 vecinos fueron desalojados, aunque la mayoría pudieron volver a sus viviendas porque no están en riesgo crítico de desprendimiento. Sin embargo, Rubio alerta de que esta parte del bloque también necesita de una actuación para reforzar su estabilidad, ya que se construyó mediante el mismo sistema.

Tres familias que vivían en el edificio derruido no pudieron volver a sus casas y el Ayuntamiento de Peñíscola junto a la Conselleria de Vivienda les proporcionó otros domicilios en la localidad de Benicarló.