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La València olvidada: El circo romano de Valentia

Pepa Pascual, jefa del servicio de Arqueología del Ayuntamiento de València, nos habla de esta infraestructura romana que no fue conocida hasta mediados de los años 90 del siglo XX

La València Olvidada - El Circo Romano de Valentia con Pepa Pascual 15-09-2022

La València Olvidada - El Circo Romano de Valentia con Pepa Pascual 15-09-2022

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València

En este viaje en el tiempo nos trasladamos a la primera mitad del siglo II d. C. para descubrir el circo romano de Valentia. Un gran edificio lúdico que no fue conocido hasta mediados de los años 90 del siglo XX, ya que no se tenían noticias históricas o documentales sobre la existencia de un circo en la Valentia romana.

De hecho, su descubrimiento bajo edificios actuales, en pleno centro de la ciudad, es quizás uno de los hallazgos más sorprendentes e inesperados que se han hecho a nivel arqueológico y fue posible gracias a la realización de excavaciones de manera sistemática durante muchos años y sobretodo relacionar los restos descubiertos en varios solares dispersos que, como en un gran puzzle, permitieron encajar las diferentes piezas que conformaban este gran edificio

Como tres campos de futbol

El circo de Valentia se extendería desde la actual calle de Barón de Petrés, por detrás del actual edificio de Comisiones Obreras en la plaza de Nápoles y Sicilia, y sobrepasaría la actual calle de la Paz llegando hasta la calle de San Juan de Ribera, donde se localizó la curva de la cabecera del mismo.

Concretamente tendría unos 350 metros de largo por unos 70 de ancho que, para hacernos una idea de sus dimensiones, equivaldría a la superficie de unos 3 campos de futbol actuales.

El circo romano de Valentia sigue el esquema de otros edificios similares conservados en otros puntos del imperio romano y estaba formado por el graderío perimetral, las carceres, que eran compartimientos alargados donde se colocaban los carros para su salida, la arena o pista donde se hacían las carreras y la spina o barrera central que marcaba el eje alrededor del cual daban vueltas los carros.

Normalmente participaban cuatro equipos: blancos, rojos, azules y verdes y cada uno tenía sus seguidores. Los jinetes o aurigas ganadores eran objeto de admiración y de fichajes entre los equipos. Los carros (generalmente 12, tres por cada equipo) se colocaban en las carceres, y mediante un mecanismo sincronizado se abrían las 12 puertas a la vez dando comienzo al espectáculo.

Montaje situación del circo en el plano actual. SIAM. Ajuntament de València

Montaje situación del circo en el plano actual. SIAM. Ajuntament de València

También con palcos

Los accesos a las gradas se hacían desde el exterior, por escalinatas, o a través de oberturas en el muro. Había una zona privilegiada en el centro del graderío donde se situaban los cargos públicos para ver la carrera y desde dónde se daba la señal de salida. En el otro extremo, frente a la línea de llegada, había un lugar especial donde se situaban los jueces o árbitros (Iudices).

La spina era la zona más monumental, sobre la que se colocaban templetes, obeliscos, estanques o estatuas y aquí se situaban también dos aparatos para contar las vueltas, con 7 delfines alineados, que se inclinaban de uno en uno según los carros iban cumpliendo las vueltas. El público y los corredores miraban la posición de estos delfines y así sabían las vueltas quedaban para llegar al final de la carrera.

Restitución hipotética del circo de Valencia. (A. Ribera) SIAM. Ajuntament de València

Restitución hipotética del circo de Valencia. (A. Ribera) SIAM. Ajuntament de València

Lo que queda del circo romano

De todos estos elementos que componen el circo, en Valencia se han localizado restos de las carceres en la excavación de la calle Barón de Petrés, del graderío en la plaza de Nápoles y Sicilia, en la calle del Palau, en la calle Trinquete de Caballeros, en la calle Comedias y más recientemente en el Palacio de Valeriola. Está formado por dos muros paralelos macizos de hormigón y entre ellos se colocaba un relleno de capas de piedra alternando con otras de tierra apisonada lo que le daba un ancho total de más de cuatro metros. La altura exterior de los muros sería de 2,70 metros e iría descendiendo hasta 1,80 para configurar las gradas.

La cabecera del circo se encontró en la excavación de un solar en la calle San Juan de Ribera y restos de la spina se localizaron en 1997 en la excavación de la cripta medieval de santa Bárbara, localizada en la iglesia de San Juan del Hospital.

A partir de todos estos hallazgos dispersos se ha realizado una reconstrucción hipotética de cómo sería aspecto del el circo de Valentia y su ubicación dentro del parcelario actual.

Excavación de la cabecera del circo en C/ San Juan de Ribera. SIAM. Ajuntament de València

Excavación de la cabecera del circo en C/ San Juan de Ribera. SIAM. Ajuntament de València

De circo a campo de cultivo

A partir de los datos arqueológicos sabemos que el circo romano estuvo en funcionamiento hasta finales del siglo V o inicios del siglo VI d. C. cuando la parte de la arena se abandona como pista de carreras y se convierte en una zona de cultivo, barrio de casas y otros edificios. También posteriormente alguno de los muros del circo se utilizó como parte de la muralla islámica. También se fueron reutilizando las piedras y elementos constructivos del circo como cantera para construir otros edificios posteriores de tal manera que a lo largo de los siglos se perdió la visibilidad del circo y acabó desapareciendo de la memoria de los habitantes de Valencia.

 
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