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Historia | Ocio y cultura

La València Olvidada: El Tossal, sangradores y hornos emblemáticos

Rafa Solaz nos cuenta la historia de esta céntrica plaza y de sus comercios y establecimientos más reconocidos

La València Olvidada: Rafa Solaz nos cuenta la historia de la Plaza del Tossal

La València Olvidada: Rafa Solaz nos cuenta la historia de la Plaza del Tossal

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València

A la plaza del Tossal desembocan las calles de Cavallers, Bosseria, Quart, Plaça de Sant Jaume. La plaza, en un principio, tuvo un trazado bastante diferente al actual. Era una vía que formaba parte de una pequeña barriada de su título, área que en diferentes épocas ha sido denominada con el nombre de: Alcúdia, Caldereros, Toçal, Tozal, Troç Alt y Trosalt.

El topónimo Tossal está muy extendido en la orografía valenciana, siempre referido a una montaña o lugar de cierta altura. Esta elevación existía desde muy antiguo y tal vez fue aprovechada posteriormente al realizar un dique para evitar el paso de las aguas en los casos de desbordamiento del río. En las zanjas de las obras de alcantarillado efectuadas en los años 30 del siglo XX, aparecieron restos de la Vall que se hallaba siguiendo la línea de la muralla islámica. También se vieron presentes canales que abastecían la acequia de Rovella.

Con todo, el título de Tossal parece más correcto e indicado para denominar el lugar elevado que limitó con la Morería. Decir, además, que el actual rótulo se debe a un acuerdo municipal de julio de 1993.

La historia de esta plaza

Los Caldereros se concentraron en el lugar y su presencia dio nuevo nombre a la reducida barriada de la Calderería. En el s. XIV existieron, al menos, dos tablas de carnicerías y un obrador contiguo a ellas, todo ello de procedencia árabe. En 1788 las carnicerías pasaron a la plaza de l’Olivereta, zona de Mossén Sorell. Por entonces se hallaba el establecimiento de un aguador, junto a la barbería de Joseph Ortells que, además de cortar el pelo y de ser un buen sangrador, se convirtió en un centro de avisos y punto de referencia para los habitantes del barrio. Un oficial del establecimiento llamado Tadeo Calatayud vendía allí, en 1792, varios óleos antiguos, sin que sepamos muy bien la relación de estas ventas con la citada barbería. Debió ser un establecimiento de esos donde se vendía de todo.

A principios del s. XIX existía la pastelería de José Castells. Quizá fuera la misma que se vio a mediados de siglo y que, además de confitería, vendía cera. A finales del siglo este establecimiento fue reformado, según un anuncio publicitario, a la altura de los adelantos modernos. Seguramente estuvo emplazado donde hoy existe otro horno con mucha antigüedad.

Una parte de los terrenos que ocupaba la plaza estaba formada por la calle del Tozal o Tros-Alt (así se llamaba vulgarmente la calle de la Bolsería) y también por la que fue de Caldereros, hasta mediados del s. XX en que desaparecieron como tal al derribarse varios de los edificios que se hallaban en su centro, remodelación que dio paso al actual delineado. Por entonces, se hallaban una calderería, un comercio de fabricación y venta de muebles, una carbonería, un quiosco de periódicos y un estanco. Un establecimiento curioso por su nombre: la famosa una funeraria, La Católica, que permaneció en el lugar hasta 1936.

Un incendio pavoroso

El 22 de septiembre de 1881 tuvo lugar un pavoroso incendio, iniciado en una zapatería situada al lado del horno. En los primeros instantes se creyó que el fuego se propagaría a las casas colindantes y, sobre todo, al horno, pero finalmente pudo sofocarse. Ya existía la relojería de Salvador Vilella que era continuadora de la antigua de Escrivá, especializada en composturas de relojes y cajas de música. ¡Vamos todo un manitas de precisión autómata!

Con motivo de la demolición de unas casas, pidió Lo Rat Penat a l’Ajuntament que se fijara una lápida en la pared de las que se habían de reconstruir, en la cual se consignase el emplazamiento del muro que por allí corría. La petición no surtió efecto. Recordemos que este trozo de la muralla aún permanece en el interior de algunas casas. Las excavaciones que se efectuaron en la última década, en el subsuelo, pusieron al descubierto una parte de esta muralla árabe. Actualmente, el lugar intervenido ha sido acondicionado y convertido en sala municipal de exposiciones titulada Galería del Tossal a la que se accede por una escalera que recae a la remodelada plaza donde están presentes diversos locales de ocio.

Estabelcimientos míticos

En el recuerdo quedó un establecimiento de frutos secos de la plaza del Tossal regentado por un matrimonio que permaneció hasta principios de los años 70. Boniatos, calabaza al horno, porrat. En los hornos existentes fueron características les llengüetes de masa de mantecado puestas sobre tiras de papel.

TEXTO: Rafa Solaz

 
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