Una tarde en el despacho de Pedro Zaragoza, el histórico alcalde de Benidorm
Conocemos junto a su hija Pepa la casa y la historia del político que cambió el destino de la ciudad
La Ventana de la Marina Baixa desde el despacho personal de Pedro Zaragoza
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Benidorm
La Ventana de la Marina Baixa se ha colado este miércoles en La Cambreta del Chano, la casa de la abuela de Pedro Zaragoza Orts, alcalde de Benidorm entre 1950 y 1966, periodo en el que la ciudad se convirtió en la capital del turismo de formato vertical y referencia del 'sol y playa' que sigue siendo a día de hoy.
Lo hacemos en compañía de su hija Pepa, que vive en Alicante y ha llegado un rato antes para atendernos. Cuando su padre decidió venir a vivir a este rincón de Camí Coves, cuenta Pepa, hizo una reforma "pero sin salirse de las ordenanzas, menudo era para eso, así que no modificó ni un milímetro".
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No cambió, por ejemplo, las ventanas. La de su despacho, con marco y puertas de madera, pequeña y enrejada, da al jardín. Un pequeño parque algo más descuidado que en ese tiempo en el que Zaragoza daba constantes instrucciones de cómo había que plantar cada uno de sus espacios y que servía para celebrar largas comidas con amigos. Almuerzos que solo podían interrumpir grandes perros como los que aún hoy custodian la vivienda y que en invierno se trasladaban a una pequeña bodega que había desplazado desde su anterior hogar.
Centenares de libros de todas las temáticas y formatos imaginables forman una biblioteca que ocupa todas las paredes del despacho desde el suelo hasta el techo como si fueran a caer encima de uno. También hay espacio para los recuerdos, decenas de fotografías con su mujer, sus hijos y nietos; retratos junto a sus amigos, los de la generación del 22, o instantáneas de su vida política en la que aparece junto al dictador Francisco Franco o su mujer Carmen Polo. Tienen además su hueco valiosos retratos de antepasados como los padres del exalcalde o su tío, el Condestable Zaragoza, que murió en la Guerra de Cuba y es homenajeado con una calle en el casco histórico de Benidorm: "Se envolvió con la bandera española cuando se estaba desangrando y ahí se quedó".
Sobre la mesa del despacho, a la izquierda, una pipa y una cesta con tabaco para ella: "Fumaba pipa y puro, le encantaba, pero cuando mi hermano Pedro tuvo el accidente prometió dejarlo y lo dejó". Los hijos conservan distintos modelos de pipas y el tabaco, dice Pepa, por su buen olor. A la derecha, la Virgen del Sufragio y una Senyera: "Él hablaba valenciano con la gente y empezaba hablando valenciano en los actos oficiales, aunque luego cambiaba al castellano por educación... Iba con su Senyera a todas partes, nadie le dijo nunca nada".
Pedro Zaragoza encontraba tiempo, a pesar de todo, para sus hijos: "Era severo, pero muy cariñoso, como él era hijo único y no tuvo hermanos tenía un afán de familia", asegura Pepa. La principal afición cuando eran pequeños era ir juntos a montar a caballo. La hija recuerda una infancia feliz, que no consentida, en la que las leyendas que envuelven la figura de su padre, como la del viaje en vespa al Pardo para ver a Franco, todavía resultan vividas.
Cierto es también que Carmen Polo se alojó en la casa familiar en distintas ocasiones: "Le encantaba el arroz, los salazones y mojar el pan". Pepa tenía unos diez años la primera vez; unos pocos más tarde sus hermanos y ella llegaron a salir de discotecas con los nietos del dictador: "Los pobres escoltas tenían que ir detrás de los nietos y nosotros escondiéndonos para deshacernos de ellos, si los ves ocultados tras las moreras para poder seguirnos...", se sonríe.
Para despedirnos, la película favorita de Pedro Zaragoza Orts, "Lo que el viento se llevo", y un pasodoble, "El puñao de rosas", de Ruberto Chapí.
Jorge García
Redactor en Radio Benidorm, edita y presenta Hora 14 y La Ventana de la Marina Baixa