Más de 31 días remando sin parar para cruzar (y ganar) la regata del Atlántico
Juanba Romero, uno de los cuatro remero del Ocean Cats, nos cuenta cómo fue el reto
Alicante
En la madrugada del pasado 13 de enero, el Ocean Cats, equipo formado por Quim Planells, Martí Ramírez, Sergi Franch y Juanba Romero, llegaba a la Isla de Antigua y Barbuda. Tras 31 días 17 horas y 9 minutos remando era la primera de las más de cuarenta embarcaciones que arr la meta de la Talisker Atlantic Challenge. Ese fue el tiempo que les costó cruzar las 3.000 millas náuticas (5.000 kilómetros) desde el puerto de San Sebastián de La Gomera, en las islas Canarias.
A bote pronto, como el papel es muy sufrido, unas cuantas líneas de texto sirven para resumir un reto mayúsculo en los que los cuatro remeros no han podido dejar de remar en ningún momento para no perder el rumbo; en el que remaban 12 horas al día en turnos de 2 horas; en los que padecieron las consecuencias de las fuertes tormentas que se estaban desatando en el Atlántico Norte; en los que llegaron a tener vientos de 30 nudos y olas de 10 metros; en el que rompieron la orza y por si no fuera suficiente con todas estas penalidades, a pocas millas de la costa de la isla caribeña, un tiburón chocó o arremetió contra la embarcación y estuvo a punto de romperles el timón.
En esta edición de Forajidos hemos charlado con Juanba Romero sobre regata a remo más dura en la que los cuatro tripulantes conviven en una pequeña embarcación en la que tan solo hay dos espacios: en el que reman y en el que descansan un máximo de hora y media por turno.
Como ya nos contó, cuando preparaban la prueba, para afrontar un reto de estas características no solo hay que estar preparado físicamente, la parte mental también juega un papel importante. Y en este sentido, Juanba ha reconocido que en el barco les han acompañado dos mensajes: en uno de ellos se recordaban a si mismos que debían de cuidar de sus compañeros y en el otro, se recordaban que tenían que disfrutar del reto.
Juanba también nos ha contado algún otro susto que afortunadamente quedó en nada y también cómo fue la llegada a Antigua, en el muelle les esperaba un centenar de personas. Bueno, pues eso, de esta "puta matada", como la ha definido este remero, hemos hablado en Forajidos.