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Comienza el juicio para aclarar la muerte del legionario de 21 años que recibió un disparo en el campo de maniobras en Agost

En el Tribunal Territorial Militar Segundo, con sede en Sevilla, se desarrolla este juicio. Los padres, a su llegada, insisten: "La muerte no fue un accidente"

Fachada del edificio de la Delegación de Defensa donde este martes el Tribunal Militar Territorial Segundo, con sede en Sevilla, acoge la vista oral contra un sargento acusado por la muerte el 25 de marzo de 2019 de Alejandro Jiménez, el legionario de 22 años que falleció de un disparo en unos ejercicios de adiestramiento con fuego real en Agost (Alicante), y otros tres militares que presuntamente lo encubrieron. EFE/José Manuel Vidal / José Manuel Vidal (EFE)

Alicante

En el Tribunal Territorial Militar Segundo, con sede en Sevilla, ha comenzado este martes el juicio por la muerte por un disparo de fusil de un legionario de 21 años mallorquín durante un ejercicio en el campo de maniobras de Agost (Alicante) en marzo de 2019.

Los padres de la víctima, Juan José y Rosario, a su llegada al juicio, han defendido que la muerte de su hijo no fue un accidente, sino que "se le mató y se le remató" al intentar "engañar a todo el mundo" ocultando los hechos.

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En el banquillo: ocho procesados, aunque el Fiscal acusa solo a dos tenientes, un capitán y un sargento.

Pide penas que suman siete años, cinco meses y 15 días de prisión para el sargento que disparó como presunto autor material y penas de cuatro años y medio de cárcel como coautor a uno de los tenientes.

Para el capitán, se solicita cuatro años y seis meses de cárcel, por urdir, presuntamente un plan para "encubrir" los hechos. Para el teniente, dos año y medio de cárcel por "alteración del escenario" en el que se produjo la muerte.

Desde un inicio los acusados hablaron de un accidente, pero la investigación de la Guardia Civil reveló que fue un disparo directo el que mató al legionario Alejandro Jiménez, de 22 años y destinado en Viator (Almería) y no una bala rebotada que le habría entrado por la axila cuando realizaban ejercicios de adiestramiento con fuego real en Agost.

Antes del comienzo de la vista, la madre del legionario fallecido ha declarado que entiende los accidentes, pero "no cuando lo ocultas y lo manipulas". El padre, por su parte, ha afirmado que la muerte de su hijo "no fue un accidente sino una locura que hizo el sargento".

El primer periodo de sesiones del juicio oral se ha señalado entre los días 14 y 16 de febrero para el interrogatorio de los procesados. Los días 21 y 22 se reservan para pruebas periciales, mientras que, entre los días 14 y 23 de marzo, declararán los testigos y se elevarán las conclusiones de las partes para quedar visto para sentencia.

El Tribunal Supremo dictaminó que debe ser este tribunal militar quien juzgue el asunto.

El sargento niega haber disparado

El sargento acusado de causar la muerte con un disparo ha negado haber disparado durante las maniobras en las que murió el joven Alejandro Jiménez Cruz en marzo de 2019.

En su declaración ante la juez militar ha rechazado las penas que tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares han pedido y ha mantenido que la decisión de establecer un “nuevo objetivo” una vez finalizado el ejercicio fue “improvisada” y que no recibió órdenes de sus superiores para que tuviera lugar.

La defensa del acusado ha pedido además que se declare la “nulidad de las pruebas” presentadas por “fallos en la cadena de custodia” del rifle con el que el Sargento disparó, un rifle que, según los letrados, ha podido sufrir una “alteración” al no presentar todas las piezas del mismo “el mismo número de serie”.

Un capitán dice que el disparo que mató al legionario fue “un rebote”

El capitán al mando de la 6ª Compañía de la VII Bandera del Tercio de Don Juan de Austria durante un ejercicio con fuego real en Agost ha insistido en la tesis de que el disparo que acabó con su vida fue “un rebote” y no “un tiro directo”.

En su declaración ante la juez militar togada en el Tribunal Militar Territorial Segundo, con sede en Sevilla, el capitán Cabello Rodríguez se ha alineado con la declaración del presunto autor del disparo, el sargento Guil Pérez, y ha señalado que ha visto “multitud de heridas de bala” en distintos destinos y ejercicios y que la que sufrió el soldado fallecido “no era un tiro directo”.

El capitán, que inició su carrera militar en 2006 y formó parte de la Legión entre 2011 y 2020, ha sostenido además que desconocía que el campo de tiro donde falleció Alejandro estuviera dividido en dos merlones y que se dio cuenta “en la primera reconstrucción” que hizo con los integrantes del pelotón antes de la llegada de los investigadores de la Guardia Civil.

El acusado, al que se le imputan delitos de deslealtad, abuso de poder y obstrucción a la justicia, ha manifestado de igual forma que fueron sus tenientes y no él mismo quienes decidieron que los dos pelotones hicieran las prácticas de tiro de forma simultánea, algo que, ha recalcado, “está contemplado en la normativa”, aunque ha reconocido el “riesgo” que supone.

Fue cuando se produjo el disparo, según su relato de los hechos cuando, al ser informado por sus tenientes de que sucedió “mientras se pasaba revista a un pelotón y el otro finalizaba el ejercicio”, que se dio cuenta de que eran dos pelotones los que se encontraban realizando ejercicios.

El capitán Cabello, con objeto de “proteger legalmente” a sus subordinados, les “mintió” y les dijo que sí se encontraba en el campo de tiro cuando sucedieron los hechos, aunque realmente no estaba presente.

En cuanto a la participación del sargento Guil en las maniobras, el capitán ha querido destacar que no dio la orden de que los jefes de pelotón participaran, sino que “fueran controlando” y que, cuando vieran “que iba bien”, se “metieran” en el ejercicio