La calle de Mari Pepa Colomer, la primera piloto de la aviación española

València

Desde que en 2016 el Consell de la Dona propusiese establecer un criterio de asignación de nuevos nombres de vías públicas según el cual, de cada cinco nuevos nombres, cuatro deberían ser de mujeres relevantes, el nomenclátor de la ciudad y el espacio público conmemorativo han dado visibilidad a decenas de mujeres ilustres y pioneras cuya aportación a la sociedad había sido tan fundamental como desconocida. En este sentido, cabe recordar que en aquel momento había en València 1.144 calles con nombres de personajes ilustres, de los cuales el 93% eran hombres y únicamente el 7% mujeres, un agravio evidente construido durante décadas y que será difícil de llegar a compensar, pero con las políticas implantadas hace siete años al menos se hace justicia con auténticas luchadoras como Marie Curie, Manuela Solís, Rosalind Franklin, Florence Nightingale u Olimpia Arocena, entre otras muchas que llegaron en sus profesiones a cotas entonces inimaginables.

El pasado año 2022, la nómina de mujeres pioneras que llegó al callejero de nuestra ciudad ascendió a once, y abarcaba desde ilustres matemáticas de talla internacional como Emma Castelnuovo hasta referentes políticas locales como Carmen Alborch. Y entre todas ellas, una desconocida pionera de la aviación española: María Josefa Colomer. Mari Pepa, como era conocida popularmente, nació en Barcelona en 1913 en el seno de una familia acomodada. Su pasión por la aviación se despertó en ella de bien joven y a los 17 años se presentó en la Escuela de Aviación de Barcelona para realizar el curso de piloto, una circunstancia que sorprendió a los miembros de la escuela, compuesta única y exclusivamente por hombres, y apenas un año después superó las pruebas y consiguió el título de piloto aviador, convirtiéndose en una de las primeras españolas en obtener la licencia oficial de piloto, honor que comparte con la madrileña María Bernaldo de Quirós. Para demostrar que estaba al mismo nivel que el resto de pilotos, participó en varios concursos de aviación y saltó a la fama al conseguir aterrizar un zepelín en el aeródromo de Barcelona. Durante la década de 1930 desarrolló una intensa carrera como aviadora: se inscribió a la Unión de Pilotos Aviadores de Cataluña, le fue concedido el título de instructora de vuelo y empezó a trabajar como profesora en la Escuela de Aviación, siendo, ahora sí, la primera mujer instructora de vuelo de nuestro país. Tras el estallido de la Guerra Civil trabajó formando a pilotos de las Fuerzas Aéreas Republicanas, y al finalizar esta tuvo que exiliarse a Inglaterra, donde vivió el resto de su vida. Mari Pepa Colomer murió en el Condado de Surrey en 2004, a los 91 años de edad. Desde su exilio forzoso ya no volvió a pilotar un avión, y sus hazañas fueron condenadas al olvido por el régimen franquista. A partir de los años 80 su memoria empezó a ser recuperada y su nombre fue rotulado en calles y colegios de algunas localidades del país. También en València, desde 2022, una calle del barrio de la Fonteta de San Lluís lleva su nombre: carrer de Mari Pepa Colomer, primera pilot de l’aviació espanyola.