La calle de La Nau, entre libros y librerías

València

Estamos en una calle histórica, la de La Nau, la vía que va desde la plaza del Patriarca hasta la de Alfonso el Magnànim. Debe su título a un antiguo mesón, por eso en un principio también se denominó del Hostal de la Nau.

Dos edificios monumentales le dan solera, la sede de la antigua Universitat Literaria precisamente conocida como “La Nau” establecida a principios del siglo XVI y el renacentista Real Colegio del Corpus Christi, que procede del siglo XVII, popularmente llamado del Patriarca.

Camino a la mar

Esta calle formaba parte de las íntimamente relacionadas con el Marítim ya que, junto a la calle del Mar, que recordaba el camino que partía desde allí buscando el puente de su nombre y recorriendo el camino Viejo del Grao, y la calle de las Barcas que, asimismo, recordaba los pequeños astilleros que en ella se hallaban cuando las pequeñas embarcaciones, una vez construidas, eran trasladadas en grandes carros hacia los poblados marítimos.

Pero esta calle de la Nau tiene un interés bibliográfico y literario. Allí tenía su vivienda el prestigioso bibliófilo Pedro Salvá y su familia y es donde atesoraba su gran y célebre biblioteca. La ciudad le dedicó una calle cercana a la plaza del Patriarca. Más en relación con los libros. Debido a la instalación de la Universitat pronto era calle de paso para los estudiantes. Fue entonces cuando se establecieron diversas librerías de lance. También alguna que otro taller de encuadernación, como lo fue el de Chulià, una familia de grandes encuadernadores establecidos desde el siglo XIX y que es referente valenciano por sus artísticos trabajos y que alcanzó la cuarta generación.

La calle de los libreros y los libros

Las librerías de lance que se hallaban hasta hace bien poco. Fue considerada como la calle de los libreros y de los libros, no debíamos confundirla como la propia calle de los Libreros, cercana del lugar.

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La librería de Andrés Ortega estaba especializada en libros antiguos y ediciones de corta tirada para bibliófilos, hacía esquina a la calle de Bonaire. La librería del Patriarca, la más moderna, fue establecida en los años 80 del siglo XX. Se hallaba en un reducido semisótano. La Librería Facultades era la más visitada entre los estudiantes. Se especializaba en libros de texto de segunda mano, por lo que allí acudían escolares de todo tipo buscando el libro de segunda mano y precio asequible a su maltrecha economía. La librería de los hermanos Martínez se especializaba en grabados y también libros ilustrados, entrar en ella era como si entraras a uno de estos comercios del siglo XIX.

En estas librerías, como antiguamente se hacía, se organizaban tertulias entre escritores, bibliófilos y personajes del mundo cultural. Yo mismo fui testigo de las de la librería Ortega. Casi siempre las conversaciones y opiniones iban encaminadas hacia el mundo del libro, con sus anécdotas de compra y venta, a veces con sus exageraciones, verdades y mentiras.

Cambio a nuevas Facultades Universitarias

Todo este ambiente literario y del libro cambió a partir de 1970 al crearse las nuevas Facultades Universitarias. Ello motivó que los estudiantes se desplazaran hacia los nuevos centros. Fue entonces cuando se establecieron algunas librerías de lance por otros lugares de la ciudad y las librerías de segunda mano de la calle de La Nau, poco a poco, desparecieron, salvo las que se dedicaron al libro antiguo que en la actualidad también han cerrado, la última la de las Facultades.

Para finalizar una recomendación a los oyentes: vale la pena visitar esta antigua calle, entrar en La Nau, sentarse en uno de los bancos de piedra del claustro y contemplar la estatua del insigne Lluis Vives. También visitar el Colegio llamado del Patriarca, una joya del Renacimiento Valenciano. Una advertencia: no se asusten por el caimán que hay colgado en la entrada, lo trajeron desde el Perú en el siglo XVII y ¡está disecado!

TEXTO: RAFA SOLAZ