"Joaquín Ferrándiz sentía paz cuando estrangulaba a sus víctimas": Calviño, subteniente de la Guardia Civil a cargo del caso
El asesino en serie de Castellón, que mató a cinco mujeres entre 1995 y 1996, sale de prisión dentro de un mes
Castellón
El 2 de julio de 1995 empezó uno de los capítulos más oscuros de la provincia de Castellón. Ferrándiz asesinó a Sonia Rubio, una joven de 25 años, de Benicàssim, cuyo cadáver fue hallado en una zona próxima a las Playetas de Oropesa del Mar.
Hasta septiembre de 1996, asesinó a otras cuatro mujeres, con edades entre los 18 y los 24 años, como es el caso de Natalia Archelós, Mercedes Vélez, Francisca Salas y Amelia Sandra. Tres de los cadáveres aparecieron en la zona conocida como Vora Riu. El 23 de julio está prevista su salida de la prisión Herrera de la Mancha, donde ha cumplido 25 años de pena.
La cara amable de la psicopatía
El subteniente de la Guardia Civil que trabajó en el caso, Tomás Calviño, lo define, en el programa Hoy por Hoy, como "la cara amable de la psicopatía". Un psicópata de manual, que, a primera vista, "era un joven normal y corriente, sin ningún tipo de problema, y un hijo ejemplar".
No obstante, previamente, Ferrándiz pasó cinco años en prisión, después de ser condenado en 1990 por un delito de violación.
El castellonense agredía sexualmente a sus víctimas y luego las estrangulaba. Un modus operandi que sembró el pánico y la conmoción en la provincia de Castellón y que hizo posible su captura por parte de las autoridades cuando una joven logró escapar.
En la entrevista, Calviño relata que una de las pistas "clave" que lograron inculpar a Ferrándiz fue una cinta que el mismo asesinó utilizó para amordazar a una de las víctimas.
Joaquín Ferrándiz, historia de un asesino
Hoy por Hoy Castellón comienza con el testimonio de Calviño la serie sonora "Joaquín Ferrándiz, historia de un asesino" para profundizar en el caso que conmocionó a la provincia y que revolucionó los estudios del perfil criminal.