La calle de Requena, en el centenario de su incorporación a la provincia de Valencia
En 1851, el partido judicial de Requena se incorporó a la provincia de Valencia a petición propia. Cien años después, en conmemoración de esta efeméride, se rotuló una calle de València con su nombre
'Callejeando' (16/10/2023): la calle de Requena
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València
Antes de los derribos para la apertura de la avenida del Oeste, entre la calle de San Vicente y el Hospital General, existía una serie de plazuelas y calles dispuestas casi en retícula siguiendo la alineación de la calle de Gracia, que marcaba el eje norte-sur en paralelo a San Vicente. En este barrio se encontraban las desaparecidas calles de Carabasins, Creueta o Ramón Juan, entre otras, y la popular plaza de Galindo, donde vivió Vicent Peris, héroe de las Germanía.
Después de los estragos de la piqueta, ya en la década de los 40 del siglo pasado, este enjambre de casas que se interponía en el primer tramo de la avenida, entre la plaza de San Agustín y la desaparecida plaza de Pellicers, fue transformado por completo, y se abrieron nuevas calles ahora condicionadas por la flamante y anacrónica avenida, aunque siguiendo la misma disposición en perpendicular a San Vicente y Quevedo. Una de estas calles, la más corta que une la avenida del Oeste con la calle Quevedo, fue rotulada en 1951 como calle de Requena.
La fecha de rotulación no fue casual. Cien años antes, el 25 de junio de 1851, la Reina Isabel II firmó la Real Orden por la cual el partido judicial de Requena comprendido al este del río Cabriel, que contaba con las poblaciones de Requena, Utiel, Venta del Moro, Caudete de las Fuentes, Camporrobles, Fuenterrobles y Villagordo del Cabriel, quedaba agregado definitivamente a la provincia de Valencia.
Esta incorporación fue demandada y anhelada por los liberales requenenses, comerciantes e industriales, alegando ventajas económicas y de proximidad. No en vano, por aquellas fechas, Requena contaba con una importante sedería que se nutría de materia prima de la huerta de Valencia, de la que le separaba un día y medio de viaje, mientras que de Cuenca se encontraba a cuatro días por caminos ruinosos. Sin embargo, desde la capital conquense se vivió esta segregación con gran amargura, ya que la provincia perdía una de sus comarcas más ricas y, sin duda, la más poblada, echando en cara a los mandatarios requenenses que cambiaran ser cabeza de ratón por cola de león.
En 1951, en conmemoración del centenario de la adhesión de la comarca de Requena a la provincia de Valencia, el Ayuntamiento de València aprobó rotular una calle de la ciudad como calle de Requena. Y ocho años después, en 1959, los comerciantes del Mercado Central de València costearon una placa rotuladora artística para dicha calle de Requena, en agradecimiento a la ayuda prestada por esta ciudad a València después de la riada de 1957.
