¿Por qué no hay camareros o por qué nadie quiere serlo?
Analizar y, en su caso, tratar de atajar estas disfunciones también debe ser una preocupación para la Conselleria de Turismo
La Columna de Carlos Arcaya: «¿Por qué no hay camareros o por qué nadie quiere serlo?»
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Alicante
La pasada semana, con motivo del Día de la Hostelería, se reabrió el debate: ¿por qué no hay camareros o por qué nadie quiere serlo? A este problema, que ha empezado a vislumbrarse este verano en la Costa Blanca, le debería dar una respuesta la Conselleria de Turismo.
La patronal dice que "la gente no tiene ganas de trabajar" y los sindicatos aseguran que el problema es que hay determinadas empresas que no cumplen el buen convenio del sector y, como en ocasiones reflejan las redes sociales, las jornadas son maratonianas y mal pagadas.
Es cierto que quien debe controlar que se cumplan las jornadas laborales es la Inspección de Trabajo, pero la Generalitat debe anticiparse a los problemas de un sector básico para nuestra economía, que mantiene una tremenda pujanza, pero que puede tener un grave problema con su mano de obra si la situación se agudiza. Analizar y, en su caso, tratar de atajar estas disfunciones también debe ser una preocupación para la Conselleria.
Y es que se trata de curar a la hostelería para que nuestro turismo no muera de éxito.
