"Los delitos que cometen los y las menores son cada vez más violentos", según la Fiscal de Menores de Valencia, Consuelo Benavente
Entre los delitos que más aumentan están las agresiones sexuales, cometidas en manada, y el acoso, ambos favorecidos por el mal uso de las redes sociales
València
Los delitos que cometen los y las jóvenes son cada vez más violentos. Así lo ha explicado en la Cadena SER Consuelo Benavente, coordinadora general de la Sección de Menores de la Fiscalía Provincial de Valencia, que ha confirmado lo que ya avanzaba también aquí hace un año y que luego los datos han constatado. Cada vez son más los delitos cometidos por menores, y cada vez, más violentos.
Entre los delitos que más aumentan están las agresiones sexuales y el acoso. Y, en ambos casos, afirma, se ven favorecidos por "el mal uso de las redes sociales", que incentiva las quedadas en grupo (en manada) donde la unión hace la fuerza y esa fuerza se traduce en una violencia todavía mayor. "Mientras que antes la víctima era abordada, y agredida, por una tercera persona desconocida, ahora el uso de las redes sirve para que los menores queden y se cometan estos hechos, que es lo que más nos preocupa".
Buen ejemplo de ello, asegura, es el acoso escolar. Los menores se amparan en la falsa sensación de impunidad que les brindan redes sociales, escondidos tras el anonimato de los avatares, y, mientras el acosado es uno, los acosadores son varios y quienes son testigos no quieren decir nada por temor a convertirse, posteriormente, en acosados.
"No olvidemos que ellos (los acosados) no se atreven a denunciarlo porque están en una situación de vulnerabilidad tremenda, pero ese miedo lo tienen asimismo sus compañeros, que son testigos de lo que está pasando. A veces lo insinúan, pero tienen el temor de ser señalados como los chivatos, de que luego se les vuelva contra ellos. Así que pasa mucho hasta que la cuestión llega al tutor y la situación ya se ha enquistado", ha lamentado.
Benavente destaca que, en estos casos, "los chicos son más básicos, porque recurren directamente a la confrontación directa (esto es, a la violencia física)". Sin embargo, las chicas tienden a ser "más sibilinas", puesto que recurren a la violencia psicológica, que provoca efectos que son peores a largo plazo. "Estos casos son mucho más graves porque el daño que ocasionan los chicos es más pasajero y lo que viven las chicas es más prolongado", ha aseverado.
En cuanto a las soluciones, insiste en que falla la educación. Primero en casa, porque se delega en la escuela. Y en la escuela porque, además de enseñar materias, debería educarse en valores. Y añade que esa educación debería estar orientada "no hacia el concepto de que todos somos iguales, sino más bien al contrario, hacia la desigualdad, la tolerancia y el respeto al diferente".