Selecciona tu emisora

Ir a la emisora
PerfilDesconecta
Buscar noticias o podcast

Los primeros accidentes de coche en la ciudad

En La València Olvidada Paco Pérez Puche habla de la primera víctima mortal en un accidente de tráfico que aparece en prensa

En La València Olvidada Paco Pérez Puche habla de la primera víctima mortal en un accidente de tráfico que aparece documentada en la prensa

En La València Olvidada Paco Pérez Puche habla de la primera víctima mortal en un accidente de tráfico que aparece documentada en la prensa

00:00:0011:21
Descargar

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

València

Nos ubicamos en la avenida del Puerto, concretamente estamos algo más allá del número 148, y junto a la cruz de piedra que señalaba en su día el fin del término municipal de la ciudad de Valencia, un pequeño monumento olvidado. En esta zona se encontraba el Óvalo, una especie de replaza elíptica que señalaba un cambio de tramo en el Camino del Grao. Es un lugar de muy intensa circulación.

Y es un lugar clave en la ciudad, estamos a mitad de camino del mar, y vamos a asistir, de un momento a otro, a un tremendo accidente: el primer accidente de circulación con una víctima mortal que se produjo en Valencia, el domingo 4 de julio del año 1909, a la una y media de la tarde.

¿Cómo fue?

A lo lejos veo acercarse un automóvil que circula a buena velocidad desde el Puerto hacia la ciudad. Debe ir… por lo menos, a quince kilómetros por hora, quizá a más. A veinte. Como todo el mundo pudo ver iba “como un caballo al trote largo”, pero pisando los carriles metálicos que había instalados para que circulasen los carros. Lo hacen muchos, para evitarse los baches; pero tiene su peligro. Veo que es un coche descapotable y que a bordo viajan cuatro personas. Ahora mismo, el coche que se acerca tiene que adelantar a un carro que viaja muy lentamente. El chófer gira el volante, abandona los carriles metálicos para rebasar al carro… y es entonces cuando podemos verlo todo, a cámara lenta, con la terrible parsimonia que darán las descripciones detalladas de los periódicos de mañana.

Porque la rueda delantera derecha se mete de lleno en un bache, se queda un instante bloqueada, y el vehículo se empina, se levanta de atrás, y vuelca de manera espantosa mientras estalla una rueda y el depósito de gasolina expande el combustible. El vehículo, moderno, un Chenard y Walcker precioso, con volante a la derecha, estrenado dos días antes, queda boca abajo. El mecánico conductor ha salido por los aires y está lamentándose a varios metros, lleno de contusiones; dos pasajeros más están magullados, pero han quedado protegidos por la empinada trasera del coche. Pero hay un cuarto pasajero, el que va junto al conductor, que ha sido atrapado entre el asiento, el salpicadero y el parabrisas. Es el joven Miguel Cañellas, teniente de caballería en el Regimiento de Alcántara, que ha sido trasladado en un carro a la Casa de Socorro del Camino del Grao; pero que sufre gravísimas heridas en la cabeza.

Miguel Cañellas murió cuatro horas después. Es la primera víctima mortal en accidente de automóvil, dentro de la ciudad de Valencia, de la que hay noticia en los periódicos. Su muerte fue una tragedia muy sentida en la ciudad. La capilla ardiente se instaló en el convento de San Pio V, que entonces era el Hospital Militar.

Una avenida muy transitada desde principios del siglo XX

La avenida del Puerto siempre ha sido una vía muy transitada cuando el automóvil llegó a Valencia. Por allí pasaban todos los días un verdadero río de carros y tartanas arriba y abajo. Comunicaba a la ciudad con el Grao, estaba festoneada de instalaciones industriales y almacenes, tenía líneas de tranvía y carriles metálicos para carros. Y era, además de la avenida más larga de la ciudad, la única que tenía un trazado considerable en línea recta.

Por eso no es de extrañar que el primer coche que los valencianos vieron pasar a buena velocidad fue aquí, en el Camino del Grao. Pocos meses antes del terrible accidente, en mayo de 1909, el rey don Alfonso, que había venido a inaugurar la Exposición Regional, dejó a la reina tomando el té y se fue a bordo de un coche hasta el Tiro de Pichón, a toda velocidad, dejando atrás a los escoltas de la guardia real, que no pudieron seguirle a bordo de sus bicicletas. Después, en 1910, la avenida del Puerto, fue el primer circuito urbano de carreras que tuvo Valencia.

Un circuito de carreras mucho antes que el de la Fórmula 1

El trazado de competición que en 2008 enlazó la ciudad y su puerto, ya había existido mucho antes y aprovechó la avenida del Puerto: en mayo de 1910, durante el Festival Automovilístico de la Exposición Nacional, se celebró la primera carrera de velocidad aquí mismo, cerrando el tráfico de tranvías, carros y tartanas, y dispuesta como circuito con tribunas y graderíos de pago. Participaron diecisiete automóviles, once de turismo, cinco de carreras y uno fuera de concurso, procedentes de Valencia, San Sebastián, Madrid y Barcelona.

La prueba más peligrosa fue “El kilómetro lancé”, consistente en hacer un kilómetro en el menor tiempo posible. Previamente se había inspeccionado a fondo el camino, para evitar el peligro de los baches. Resultó ganador, en primera categoría, don Sixto Nogués, que hizo el kilómetro en el tiempo menor: 1 minuto, 22 segundos y 3/5. Eso supuso la extraordinaria velocidad media de 44 kilómetros por hora.

Además, en 1910, aquí mismo, se celebraron vistosas pruebas de habilidad, conducción marcha atrás y gymkama. En el conjunto del Festival, el Real Automóvil Club de España dio su galardón al conductor Natalio Guarranta, que pilotaba el coche del Conde de la Maza. El comité de la Exposición Nacional dio su Copa trofeo al valenciano señor Moróder. El Ayuntamiento obsequió a los conductores, sus familias y los mecánicos a una fiesta turística y gastronómica valenciana. Un gran baile de gala y la Batalla de Flores, celebrada en el recinto de la Exposición con automóviles con decoración vegetal, cerraron los festejos en honor de los conductores llegados de toda España.

Siniestros viales en la ciudad

He explorado los periódicos antiguos para comprobar cómo el carro, que en Valencia circulaba por miles, era la primera causa de siniestros de circulación cuando empezó el siglo XX. En este mismo Ovalo del Grao, tan peligroso, el tren número 7 de la CGT, o sea el Ravachol, atropelló, en abril de 1898, a un carro que quedó con el eje roto y la caballería magullada.

En el periódico de ese mismo día podemos ver el atropello que un carro causó a dos hermanitas, de 4 y 6 años, Amparo y Jesusa, que quedaron seriamente heridas. El conductor del vehículo ingresó ese mismo día en la cárcel de San Gregorio por orden del juez.

Aunque ahora hay muchos, demasiados accidentes, creo que antes había muchos más si tenemos en cuenta el pequeño número de vehículos que circulaban en comparación con la intensa circulación de ahora. Para comprobarlo, he traído el balance de los accidentes de todo tipo habidos en la ciudad en el año 1928, en base a las asistencias médicas registradas en el Hospital y en las cuatro casas de socorro municipales. Ese año hubo en Valencia accidentes de circulación que causaron un total de 1.154 víctimas: 160 heridos los produjo el tranvía, 192 tuvieron como protagonista a la bicicleta, diez se debieron a las motocicletas –“y eso que son bien pocas”, dice el periódico—y 151 se registraron a causa de los carros. El resto, claro, corre de cuenta de los coches y los camiones, que en 1928 ya eran muchos.

Los automóviles, en 1928, fueron responsables de 151 siniestros. De ellos se consideraron graves 31; 22 menos graves y 95 leves. En total, los fallecidos a causa de las heridas sufridas fueron 26 por accidente automovilista, 11 por atropello de tranvía y cinco por atropello de carro. Cuarenta y dos muertos en total en un año.

El último balance, el del año 2022, indica que en la ciudad de Valencia hubo 7.448 accidentes, de los que se dedujeron 3.862 heridos y un total de 15 víctimas mortales. Que fueron solo siete durante el año 2021, año en que la circulación aún estaba bajo los efectos reductores de la pandemia. ¿Son más o menos? Si consideramos la intensa circulación del siglo XXI podemos decir que son muchos menos. Pero también es preciso decir que son demasiados. Una sola víctima es una catástrofe. Tan sensible como la muerte de aquel joven oficial de Caballería que salió a probar un coche nuevo una tarde de verano de 1909.

TEXTO: PACO PÉREZ PUCHE

 

Directo

  • Cadena SER

  •  
Últimos programas

Estas escuchando

Hora 14
Crónica 24/7

1x24: Ser o no Ser

23/08/2024 - 01:38:13

Ir al podcast

Noticias en 3′

  •  
Noticias en 3′
Últimos programas

Otros episodios

Cualquier tiempo pasado fue anterior

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "

Compartir