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Historia | Ocio y cultura

La leyenda negra de la finca maldita

En La València Olvidada César Guardeño cuenta la historia de un edificio en el que han muerto 9 personas asesinadas o en extrañas circunstancias desde 1968

En La València Olvidada César Guardeño cuenta la historia de un edificio en el que han muerto 9 personas asesinadas o en extrañas circunstancia desde 1968

En La València Olvidada César Guardeño cuenta la historia de un edificio en el que han muerto 9 personas asesinadas o en extrañas circunstancia desde 1968

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València

Para esta sección voy a contar la historia de una finca muy conocida dentro de la historia negra de nuestra ciudad y que da a tres calles diferentes. Tenemos a un lado la calle Cuenca, delante la avenida de Pérez Galdós y justo donde estamos nosotros, el nº1 de la calle Tres Forques. Hoy vamos a recuperar de la historia de la conocida como “La Finca Maldita” de Valencia.

Un edificio que acumula nueve muertes desde noviembre de 1968 hasta marzo de 2015, cuando se registró la última. Y esto teniendo en cuenta de que se trata de una finca de siete alturas más un ático, para un total de dieciséis viviendas, en origen, hoy quince.

Estas cifras suponen que en todos estos años ha habido más de una muerte por planta. Una estadística que está muy por encima de la media de cualquier otra finca y que no sabríamos si catalogarla como maldición o quizás como fruto del infortunio. Parece que la mala suerte se ha cebado con el edificio de Tres Forques.

Muy presente en los medios de comunicación

Buscando en diferentes noticias hemos podido encontrar que este edificio fue construido en el año de la última riada del Turia, en 1957. Aunque en la base de datos del Catastro aparece como un edificio del año 1960. Y como curiosidad, comentaros que en un principio la finca figuraba en el número 78 de la calle Cuenca y no con el número 1 de la calle Tres Forques, como lo es en la actualidad.

Sea como fuere, la finca fue comprada casi en su totalidad por Mercedes Viana, que fue durante años la dueña del mítico Mocambo Club de Valencia, que estaba situado en la calle de la Sangre nº9 y 11.

Y como Mercedes ganaba mucho dinero en el Mocambo, un local que se convirtió en la sala de fiestas más visitada y popular de la ciudad, decidió invertirlo en la compra de once de estos pisos, para alojar allí a sus vedettes y cupletistas. Una de ellas, Gracia Imperio, fue la que inauguró la lista negra de muertes violentas de las que vamos a hablar a continuación. Fue un caso muy sonado y con mucha repercusión mediática en la época.

Dio pie a un documental

La muerte de Gracia Imperio fue objeto de un documental del director Francesc Betriu con el título “El día que murió Gracia Imperio” en 2013. El nombre real de la vedette Gracia Imperio era Emilia Argüelles Catalina. Una figura muy conocida en Valencia, pues actuó en numerosas salas de fiesta y espectáculos de variedades hasta el año 1968, que es cuando arranca esta maldición que persigue a la finca de Tres Forques.

Fue un 1 de noviembre de 1968 cuando empezó esta leyenda negra, a sólo dos días de que Gracia Imperio estrenara su nuevo espectáculo en el Mocambo. Esa misma noche cenó con su sastre en su vivienda, acompañados con un antiguo novio suyo, llamado Vicente Alberto Artal, con el que había roto dos años antes. Por lo visto el exnovio seguía detrás de ella en busca de una reconciliación.

Al final de la velada, el modisto se marchó de la vivienda dejándolos solos. A la mañana siguiente, cuando regresó para ultimar el vestuario que lucirá en su próximo espectáculo, llamó repetidas veces a la puerta sin que nadie le abriera.

Lo curioso de este caso es que el modista tenía llave, pero no quiso acceder solo a la vivienda. Así que habló primero con el portero de la finca para entrar juntos. Había un fuerte olor a gas en el interior.

Al final, se encontraron los cadáveres de ambos en la bañera. Las espitas del gas estaban abiertas y nunca se llegó a saber si se trató de un crimen o un accidente. ¿Fue un suicidio pactado, un accidente, un asesinato de un amante despechado?

Y algunas preguntas más que han quedado en el tintero ¿Sospecharía algo el sastre? ¿Habría visto algo extraño en la cena de la noche anterior algo que le hiciera pensar que las cosas podían haber ido mal? Nunca lo sabremos.

Las otras víctimas

La tercera víctima fue el cuñado de Mercedes Viana, que a esas alturas ya había vendido buena parte de los pisos ante el cierre del Mocambo. El hombre vivía en el cuarto piso y supuestamente se precipitó por el hueco de la escalera. No sabemos si se trató de un accidente o de un suicidio.

La siguiente víctima, la cuarta, fue un joven de 18 años. Murió en su domicilio en el octavo piso tras consumir, presuntamente, drogas cuando celebraba su cumpleaños con sus amigos. Sus padres no se encontraban en casa en esos momentos.

La quinta y la sexta víctima fueron dos hermanos de corta edad. La historia es especialmente trágica y dolorosa, pues estos dos niños se encontraban jugando y saltando sobre la cama, muy cerca de la ventana. La niña salió despedida por la ventana y su hermano, tratando de agarrarla para salvarla, terminó cayendo al vacío con ella. La niña murió en el acto y él en el hospital, pocos días después. Estas dos muertes accidentales conmocionaron como pocas al vecindario.

La séptima persona fallecida residía en la puerta 15. Según los vecinos se trataba de un hombre muy trabajador y educado. La madre de la víctima llevaba varios días sin poder contactar con él por teléfono, y cuando vinieron para ver qué pasaba descubrieron el cadáver.

La octava víctima fue la de Edilene Oliveira, que fue asesinada en la madrugada del 1 de marzo del 2012 por Javier Ochoa, vecino de la puerta 10. Ese día, de madrugada, el asesino estuvo consumiendo alcohol y otras drogas hasta que hacía las 4 de la madrugada decidió llamar por teléfono para contratar los servicios sexuales de esta mujer.

Hacia las 5 de la madrugada, ambos discutieron porque no se ponían de acuerdo con la cantidad que tenía que pagarle. Los vecinos escucharon gritos y golpes. Poco después, el asesino empujó a Edilene, cayendo esta al zaguán del edificio, y escondiendo el cuerpo en un trastero donde los vecinos guardan bicicletas y utensilios viejos.

El homicida, de 40 años y con antecedentes policiales, fue detenido unos 10 minutos después por la Policía Nacional en el centro de la ciudad. Llevaba la ropa manchada de sangre y un cuchillo cuando fue apresado en la calle Balmes.

Fue condenado a trece años y medio de cárcel por la Audiencia de Valencia un año y medio de después de los hechos, en noviembre de 2013.

Y la novena y última víctima fue un hombre de 65 años, que vivía solo en la vivienda que heredó de su madre, concretamente en la puerta 14. Los vecinos del rellano no lo habían visto desde el pasado mes de febrero, hasta que en marzo de 2015 el olor desagradable que procedía del piso hizo sospechar a uno de los inquilinos que terminó llamando a la Policía. El cuerpo fue encontrado por los bomberos que terminaron entrando por el balcón. La autopsia determinó que el hombre había fallecido de manera natural hacia unas semanas.

Una etiqueta y un estigma muy difícil ya de quitar

Todas estas muertes, asesinatos, accidentes y fallecimientos, que se han producido a lo largo de 55 años, han acabado alimentando y haciendo crecer una leyenda negra que siempre se reaviva con cada nueva muerte que se produce en la finca. Una historia que, por cierto, ya cuenta con una novela e incluso con un cómic y que ha convertido en una maldición que persigue a sus vecinos. Y quizás, todo lo que ha pasado, sea simplemente fruto del azar o de la mala suerte. Nada más ¿Vosotros que pensáis?

TEXTO: CÉSAR GUARDEÑO

 
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