Caminando Fronteras denuncia un racismo institucional normalizado: "No se activan búsquedas cuando naufragan migrantes y eso no pasa con un yate"

Alicante

Durante 2023 un total de 434 migrantes, la mayoría argelinos, desaparecieron en las rutas migratorias en el este español.

Se da por sentado que fueron víctimas de naufragios, pero sus cuerpos no se hallaron en la mayoría de los casos, porque tampoco se buscan como se haría si se tratase de un yate o un kayak.

Es lo que han denunciado en Hoy por Hoy Alicante desde la ONG Caminando Fronteras.

Helena Maleno, portavoz de la ONG Caminando Fronteras, considera vergonzoso este "racismo institucional", en el que están implicados todos los organismos para desactivar estas búsquedas o limitarlas a búsquedas pasivas. Pasando por la embajada española en Argelia, que no toma muestras de ADN en los familiares, por Salvamento Marítimo, que no envía medios de rescate, o por las autoridades que no activan alertas aéreas.

Se ha "normalizado que por cruzar una frontera tengas que morir", y hay una política instalada en toda Europa de dejar morir al migrante, desde el Egeo, Lampedusa, o el Atlántico. Pero una cosa es el control de la migración y otra la protección de la vida, recuerda. "Y el derecho a la vida es sagrado en cualquier democracia".

Entre esas 22 embarcaciones desaparecidas sin movilizar medios de rescate, el caso sangrante de la que se perdió en marzo de 2023 en costas alicantinas...Los cadáveres fueron apareciendo en días sucesivos en redes de pescadores.

De ahí la importancia, recuerda Maleno, de denunciar. De hecho, muchos familiares acuden a las comisarías y a las morgues alicantinas para denunciar e investigar.

Las redes que crean las propias familias, explica, aunque informales, son las más eficaces, y las madres, las más incansables. La paciencia de una madre es infinita y no cejan hasta que encuentran la verdad, y luego persiguen la reparación, esto es, enterrar esos cuerpos y con las creencias religiosas que siguieron esas personas en vida. Incluso en este momento, funciona en racismo, lamenta, como con tantos cadáveres que fueron incinerados sin permiso ninguno de la familia, con el terrible daño que se originó a las familias que no están de acuerdo y no fueron preguntas.

Helena Maleno narra también el caso de otra embarcación que salió de Argelia dirigiéndose a nuestras costas y naufragó. Solo después de presionar mucho se tomaron las muestras de ADN a los familiares, y un mes después la Interpol contactó con la policía francesa. El cuerpo apareció en una morgue de Málaga, y la hermana del desaparecido pudo contar a otras familias que su hermano y el resto de ocupantes de la patera, habían perecido probablemente en un naufragio.

Además, considera Maleno "terrible" la desconexión que hay entre Argelia y Alicante, cuando tantos represaliados españoles acogió el país vecino durante la Guerra Civil. La Historia se ha roto y hay fosas comunes en este siglo mismo siglo XXI y tumbas sin nombre en los cementerios de los ayuntamientos.

En este sentido, Xabia es un buen ejemplo que se puede replicar como buenas prácticas en el resto de la costa, señala, para dejar que el Mediterráneo deje de ser una "nacrofrontera".