El horno tradicional de Castellón, sin relevo generacional: "Los jóvenes no quieren ser panaderos, no da tiempo libre"
El Gremi de Forners de Castelló asegura que la crisis en otros sectores de la economía castellonense repercute en el negocio: "A las 6:00 venía gente a comprar el pan, ahora eso no se vende"
El horno tradicional de Castellón, sin relevo generacional: "Los jóvenes no quieren ser panaderos, no da tiempo libre"
Castelló
El Gremi de Forners de Castelló está padeciendo las consecuencias de la crisis de los principales sectores productivos de la provincia. Mala salud económica para la cerámica y la agricultura, que repercute en las ventas diarias de los hornos tradicionales de la capital de la Plana.
"El día a día es muy malo, a las seis de la mañana venía mucha gente a comprar el pan antes de ir a trabajar y ahora eso no se vende, nos salvan los eventos", lamenta el maestro del gremio de panaderos de la capital de la Plana, César Solsona.
Él lleva 44 años ejerciendo como panadero en su horno tradicional ubicado en el barrio de San Agustín de Castelló, donde trabaja con otras cinco personas. Una de ellas, su hijo pequeño. "La gente joven no opta a esto porque esto no te da tiempo libre".
Complicaciones internas y externas al oficio
Un oficio, también, lleno de complicaciones, propias y ajenas al mismo, que hacen de este un trabajo al que difícilmente se puede mantener ligado si no es con vocación.
Al efecto colateral de la crisis económica de otros sectores productivos, se añade el aumento significativo de los costes de producción que hace que "hay meses en los que trabajo para comer y beber, no me da para más", explica Solsona. A todo ello, hay que añadir las trabas burocráticas "excesivas" que hacen que la gente joven--y no tan joven--descarte o, directamente, abandone el mundo de la panadería tradicional como una opción de trabajo.
He puesto anuncios de trabajo y han venido solamente dos personas en un año
— César Solsona, maestro del Gremi de Forners de Castelló
Relevo generacional familiar, "muy difícil"
Actualmente, hay una veintena de hornos tradicionales en funcionamiento en la capital de La Plana. El relevo generacional de padres a hijos es algo "muy difícil", según el maestro del gremio. En la provincia de Valencia ya se han cerrado varios hornos tradicionales por falta de sucesión familiar, que huye del oficio.
En Castelló solamente ha cerrado un negocio de estas características, pero Solsona tiene claro que la tendencia futura es que los negocios no pasen de generación en generación. Estos se mantendrán en pie, aunque bajo la propiedad de gente de fuera que decida quedárselos: "Antes esto se pagaba muy bien porque era un trabajo nocturno, ahora ya no".