Las Fallas de València llegan este martes a su fin con la Cremà de los cerca de 770 monumentos, entre grandes e infantiles, repartidos por la ciudad para poner el broche de fuego a unas fiestas que, a falta de cifras definitivas, dejarán cifras de récord tanto turísticas y hosteleras como de participación fallera. Este martes, festividad de San José, llega así la última jornada de las cinco oficiales de las Fallas, aunque la ciudad está condicionada por ellas desde hace semanas con calles cortadas, carpas instaladas en cada barrio, restricciones de tráfico, un ruido constante de petardos y cohetes disparados sin tregua y muestras de incivismo en parques, jardines, calles y entornos monumentales. Con el mismo buen tiempo que ha reinado estos días, pero ya sin tanto calor, el primer gran acto multitudinario volverá a inundar a las dos de la tarde la plaza del Ayuntamiento con la última mascletà del ciclo oficial -a cargo de Pirotecnia del Mediterráneo, de Vilamarxant (Valencia)-, que desde varias horas antes colapsará ya todas las calles adyacentes por parte de las docenas de miles de personas que buscan ensordecer con el estruendo del espectáculo. Porque en ese «kilómetro cero» de las Fallas confluye la mayoría de las rutas turísticas, tanto para ver los monumentos más vistosos y fotografiados como para pasear por infinidad de calles peatonalizadas para estas fiestas en un pasacalles sin fin, tanto de turistas nacionales y extranjeros como de falleras y falleros que desfilan junto a bandas de música o simplemente en familia. Tras la última mascletà, a la que asisten desde el balcón consistorial el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y la alcaldesa, María José Catalá, junto a otros invitados, el siguiente punto de interés turístico será la Cabalgata del Fuego, un espectáculo de demonios, llamas y personajes de fantasía que, a lo largo de toda la calle Colón, servirá de preludio a la Cremà de las fallas, que este año han costado en total casi 8,9 millones de euros. Comenzará a las 20 horas en las más de 380 fallas infantiles diseminadas por los barrios de València y a las 20.30 será el turno de la ganadora de la sección Especial, Convento Jerusalén-Matemático Marzal, que lleva por lema «Solidaris», obra del artista fallero José Gallego con un coste de 54.000 euros (el mayor de su categoría) y que ensalza la labor de los voluntarios de las ONG. Media hora más tarde será el turno de la falla municipal infantil, obra un año más del tándem Sanabria-Ceballos y que, a modo de un libro desplegable en 3D, plantea con diseño de Marina Puche cómo «Leer en verde», un guiño también a la Capitalidad Verde Europea de 2024, todo ello ante las lágrimas de la fallera mayor infantil, Marina García, y su corte de honor, que verán cómo acaba su reinado. A partir de las 22 horas, el ritual del fuego se cebará ya con las fallas grandes para, a partir de las 22.30, devorar «Cambio climático», el monumento de la comisión Monestir de Poblet-Aparicio Albiñana (más conocida como LAntiga de Campanar, el barrio donde el incendio de un bloque residencial causó diez muertes el 22 de febrero), realizada por Josué Beitía con un coste de 170.000 euros. Media hora más tarde, la plaza del Ayuntamiento comenzará el acto oficial de despedida de las Fallas 2024 con la Cremà, ordenada por la fallera mayor, María Estela Arlandis, de «Dos palomas, una rama», la falla municipal obra de Pere Baenas y el artista urbano Escif.