Alicante

Alicante es una de las ciudades mediterráneas donde más ha impactado el cambio climático, con temperaturas diurnas que han aumentado un grado y nocturnas, hasta un grado y medio; aunque también es ejemplar en la buena gestión del agua.

Es la principal conclusión del Primer informe sobre cambio climático y gestión del agua en la ciudad de Alicante, de la Cátedra Aguas de Alicante de Cambio Climático de la Universidad alicantina y Aguas de Alicante, que este martes se ha presentado en el Museo del Agua.

El director de esta cátedra universitaria, Jorge Olcina, ha señalado que Alicante sigue la estela de otras ciudades en esa pérdida de confort térmico. Los acuerdos de París relativos a esos picos que no debían rebasarse, ya se incumplían incluso en los 40, cuando se creó el Observatorio Urbano de Ciudad Jardín.

El aumento incesante de la temperatura del mar ha provocado que las noches tropicales se multipliquen y que el calor nocturno se extienda ya en una horquilla que va desde finales de abril, hasta bien entrado octubre. La cantidad de noches tropicales ha pasado de 5 en 1977 a 95 en 2003; una cifra que se habría igualado en 2023 y que se podría incluso superar el próximo verano. A ello se suman las precipitaciones cada vez más escasas, aunque más intensas; una tendencia que para las próximas décadas se prevé que se acentúe, por efecto de un cambio climático ante el que las ciudades deben tomar conciencia, insiste.

Y en este sentido, propone que Alicante en concreto aproveche el próximo reemplazo de su PGOU del año 87, para introducir cambios tanto en la edificación como en la planificación urbana. Tiene que haber más fuentes y más sombras, sobre todo.

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Un aspecto en que Alicante contrasta con otras ciudades, eso sí, es en el consumo medio de agua, 122 litros por persona y día, frente a casi la mitad de la media nacional, que se sitúa en unos 220, lo cual refleja la "preocupación y concienciación" de la ciudadanía, dice Olcina.

Hay que apostar también, dice, por la reutilización de aguas residuales, y por la depuración. En este sentido, añade que hay que mejorar mucho las estaciones de depuración.

Aguas de Alicante achaca a las lluvias la proliferación de toallitas húmedas

En este encuentro también estaba el director general de Aguas de Alicante quien, preguntado por Radio Alicante, insistía en la lluvia como la causa de la proliferación de toallitas junto a los emisarios del Cabo de la Huerta y del Postiguet.

Se sobrepasó la capacidad de los filtros, dice, por un pico pluvial, como en otras ocasiones.

Se hace un uso indebido tirando las toallitas húmedas al váter, que supone un coste medio en España de entre 3 y 4 euros por habitante al año y que a la se le supone el gasto de casi un millón de euros en esa gestión de las toallitas. Por eso, Aguas de Alicante está haciendo campaña en paneles de las playas del Postiguet y el Cocó estos días. Y lo importante, reitera Sergio Sánchez, es la prevención.

A ese uso indebido de las toallitas también hacía referencia en Hoy por Hoy Alicante el director del Instituto de Ecología Litoral, Gabriel Soler. Advierte del tiempo que pueden tardar en degradarse los materiales que recubren además estos cosméticos.

El mismo argumento de las lluvias es el que volvía a ofrecer hoy el Ayuntamiento. Su portavoz municipal, Manuel Villar, reafirmaba que tras comprobar que la depuradora de Monte Orgegia y el emisario funcionan correctamente, el episodio denunciado por nadadores y buceadores es un hecho aislado.