María Zambrano en València

València

Tal día como hoy, un 22 de abril, pero de 1904 -hace 120 años- nació en Vélez-Málaga la filósofa María Zambrano. Un nombre que cada vez nos suena más -incluso la estación del AVE de Málaga lleva su nombre-, pero que, como muchas otras intelectuales de la época, fue condenada al olvido y al exilio por el régimen franquista, y su obra no fue reconocida hasta el final de sus días.

Aquí en València, el nombre de María Zambrano volvió a ser noticia hace siete años gracias al Consell Municipal de la Dona, que confeccionó “un listado priorizado de 44 nombres de mujeres ilustres valencianas o vinculadas a nuestra ciudad, españolas e internacionales, todas ellas ya fallecidas, que merecen ser visibilizadas en la nomenclatura de las calles”. Una relación que ha puesto la primera piedra para compensar la gran desigualdad que existe en nuestro callejero entre las calles dedicadas a hombres y las dedicadas a mujeres, decantada hacia los primeros en un porcentaje de 97 a 3. Gracias a esta iniciativa ahora podemos encontrar en nuestros barrios a valencianas ilustres como Manuela Solís o Jeronima Galés, o científicas y escritoras universales, como Marie Curie, Rosalind Franklin, Florence Nightingale, Simone de Beauvoir, Gabriela Mistral o nuestra protagonista de hoy, María Zambrano.

El nombre de María Zambrano, junto al de otras 16 mujeres más, fue rotulado en 2017 en el Grupo de Viviendas 8 de marzo -conocido anteriormente como Grupo Antonio Rueda-, popularmente denominado El Chaparral, situado en la avenida Tres Forques. Un barrio cuyas calles eran hasta entonces un monumento al falangismo y que fue transformado en un reconocimiento colectivo a una serie de mujeres que desde todos los ámbitos del saber han contribuido de forma decisiva a levantar la sociedad justa, avanzada y democrática que ahora podemos disfrutar. En concreto, María Zambrano representa a las mujeres pioneras que a principios del siglo XX consiguieron hacerse un hueco en ámbitos universitarios reservados exclusivamente para hombres.

María Zambrano (Vélez-Málaga, 1904 – Madrid, 1991) fue una filósofa y ensayista formada en Madrid, donde fue discípula de José Ortega y Gasset, llegando a ejercer de profesora de Universidad. En la capital se relacionó con los círculos intelectuales del momento, miembros de las nuevas corrientes pedagógicas, y entabló amistad con figuras de la talla de Lorca y Miguel Hernández.

Durante la Guerra Civil participó en comisiones de ayuda humanitaria y cultural y se sumó al manifiesto fundacional de la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura, lo que le llevó hasta la València capital de la República en julio de 1937, donde participó en el II Congreso de Escritores para la Defensa de la Cultura junto a otros grandes intelectuales nacionales del momento como Alberti o Machado, e internacionales como Tolstoi, Octavio Paz, Elena Garro o Simone Weil.

Tras la guerra sufrió las penurias del exilio errático por medio mundo: primero México, luego Cuba, Puerto Rico -países estos últimos donde ejerció la enseñanza universitaria- para luego volver a Europa, entre Suiza, Francia e Italia. A lo largo de estos años escribió algunas de sus obras más reconocidas: Filosofía y poesía (1939), La Agonía de Europa (1945) o El Sueño Creador (1965), donde Zambrano aborda los problemas esenciales de la trascendencia y los grandes misterios de la vida humana. Casi medio siglo después, en 1984, María Zambrano pudo volver a su país natal, donde ya anciana recibió los máximos galardones literarios que se conceden en España, el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y el Premio Cervantes. Murió en Madrid en 1991.